Ese año, también apareció en la cinta The Fearless Vampire Killers, dirigida por su futuro esposo, Roman Polanski.
A los 16 años, Sharon había vivido en seis ciudades estadounidenses diferentes y le resultaba difícil mantener las amistades.
El actor Jack Palance quedó impresionado por su aspecto y su actitud, aunque su papel era demasiado pequeño como para juzgar su talento.
Tate volvió a los Estados Unidos, porque decía que quería continuar sus estudios, pero trató de encontrar trabajo en el cine.
Le dio pequeños papeles en Mister Ed y The Beverly Hillbillies para ayudarla a ganar experiencia.
Después de un violento enfrentamiento con Forquet, Tate requirió tratamiento hospitalario por sus heridas y posteriormente terminó la relación.
En 1964, conoció a Jay Sebring, un antiguo marinero que se había establecido como estilista líder en Hollywood.
Tate dijo más tarde que la naturaleza de Sebring era especialmente amable, pero cuando le propuso matrimonio no aceptó.
[5] En 1964, Sam Peckinpah le realizó a Tate una prueba de cámara para la película The Cincinnati Kid, con Steve McQueen.
[7] Mientras tanto, como parte de su promoción, Ransohoff organizó la producción de un documental llamado All Eyes on Sharon Tate (Todos los ojos sobre Sharon Tate), que se lanzaría al mismo tiempo que Eye of the Devil.
Ransohoff insistió en que le realizara una prueba a Tate; después del casting, Polanski estuvo de acuerdo en que podía ser adecuada para el papel, siempre y cuando usara una peluca roja durante el rodaje.
Visitaba frecuentemente la filmación, en una ocasión fue fotografiada por la revista Esquire, las fotografías resultantes generaron una considerable publicidad para Tate y la película.
[5] En el reparto se incluyó a Patty Duke, Barbara Parkins y Judy Garland.
[9] La pareja se mudó a la casa mews de Polanski, en Eaton Square, Belgravia, Londres.
[15] La película tuvo éxito y le valió a Tate numerosas reseñas, las cuales en su mayoría elogiaron sus dotes como comediante.
Adicionalmente, también quedó en segundo lugar detrás de Lynn Redgrave en la encuesta del Motion Picture Herald para elegir a la potencial «estrella del mañana», en la que el poder de atracción en taquilla fue el criterio principal.
[10] La casa había sido ocupada anteriormente por sus amigos Terry Melcher y Candice Bergen.
[10] Tate se sintió alentada por las críticas positivas hacia sus actuaciones cómicas, por lo que eligió la comedia The Thirteen Chairs (1969) como su próximo proyecto, en gran parte por la oportunidad de coprotagonizar junto a Orson Welles.
En el informe forense se constata que Tate "recibió dieciséis puñaladas, de las cuales cinco habrían sido mortales por sí solas".
[20] La policía se llevó al único sobreviviente, el conserje William Garretson, para ser interrogado.
Aun así, en su libro Will You Die For Me, Charles (Tex) Watson confesó el asesinato diciendo que Atkins no llegó ni siquiera a tocarla.
Pensó que podría acelerar la guerra racial matando salvajemente a gente pudiente en sus casas e intentando hacer recaer las sospechas sobre grupos como los Black Panthers.
Cuando el grupo escaló la verja de la propiedad, fueron vistos por Steven Parent, quien abandonaba la casa en ese instante.
Fue apuñalada dieciséis veces y Atkins mojó una toalla en la sangre para escribir "PIG" (CERDA) en la puerta principal de la casa.
A Charles Watson se le juzgó por separado después de ser extraditado desde Texas.
Si están [los asesinos] suplicando por sus vidas, pues debo estar allí para representarla".
En esta época Tate había sido diagnosticada con un tumor cerebral maligno, por lo que le fallaba la fuerza y la salud; su reunión con Bush significó su última aparición pública.
Al final del proceso, Polanski leyó un comunicado, diciendo en parte: "La memoria de mi difunta esposa Sharon Tate es lo que prevalecía cuando inicié esta acción".
En 2019, se estrena Once Upon a Time in Hollywood de Quentín Tarantino, película que relata (con hechos ficticios y reales) en su particular estilo lo ocurrido en Cielo Drive.
Fue sometida a cirugía cerebral y estuvo paralizada en sus últimos meses, con dificultades además para hablar.