Estas tradiciones o doctrinas religiosas focalizan en el concepto del tao (‘camino’; en pinyín dào, en coreano do, en japonés dō, y en vietnamita đạo).
Estas religiones tienen muchos seguidores occidentales aunque su interpretación puede diferir significativamente respecto a la cultura y pensamiento asiático.
[6][7] El Dào Dé Jīng (en chino: 道德經) también conocido como Tao Te King o Tao Te Ching, es el libro que condensa las enseñanzas atribuidas al filósofo Lao-Tse, también llamado Lao Tzu, Lao Zi, Laozi (en chino simplificado y tradicional: 老子; en pinyin: lǎozǐ; literalmente 'viejo maestro') o Laocio.
[8] Y aunque la existencia histórica de tal personalidad aún se debate, el libro es considerado como clave para la tradición taoísta.
El objetivo fundamental de los taoístas es alcanzar la inmortalidad, si bien, a veces no se entiende esta literalmente, sino como longevidad en plenitud.
Lao-Tse fue deificado como dios taoísta ―un inmortal― encabezando un enorme panteón de héroes folclóricos., generales famosos y sabios, todos los cuales alcanzaron la inmortalidad.
[11] La primera forma organizada de taoísmo, la escuela Tianshi («Maestros Celestiales») surgió en el siglo II a. C. Xuanxue («aprendizaje profundo», también «neo-taoísmo») fue un importante movimiento filosófico influenciado por el confucianismo, que se centró en la interpretación del I Ching, el Dào Dé Jīng y el Zhuangzi y que floreció durante los siglos III a VI d. C.[12] Los filósofos más importantes de este movimiento fueron He Yan, Wang Bi, Los siete sabios del bosque de bambú, Ge Hong y Guo Xiang.
[13] Posteriormente, el taoísmo se mezcló con elementos del confucianismo, el budismo y la religión tradicional china.
[17] Las doctrinas del confucianismo se centran en los valores humanos como la armonía familiar y social, la piedad filial (孝, Xiao), ren (仁, «bondad» o «humanidad») y Lǐ (禮 / 礼), que es un sistema de normas rituales que determina cómo debe actuar una persona para estar en armonía con la ley del Cielo.
El confucianismo tradicionalmente sostiene que estos valores se basan en el principio trascendente conocido como Cielo (天, Tiān) y también incluye la creencia en espíritus o dioses (shén).
[19] Otros influyentes filósofos confucianos clásicos incluyen a Mencio y Xun Zi, quienes estuvieron en desacuerdo sobre la naturaleza moral innata de los humanos.
Tras la breve dinastía Qin, su núcleo fundamental se ha mantenido intacto, excepto por posibles errores de transmisión e interpolaciones que solo afectan lo accidental.
Cabe destacar que el maestro japonés Daisetsu Teitaro Suzuki iguala el dhyāna con el zazen (en chino 坐禅 zuòchán, ‘meditación sentado’).
Siendo una religión sincrética, resulta difícil diferenciarla de las otras tradiciones espirituales chinas más organizadas.
Para finales del siglo XX, estas actitudes empezaron a cambiar tanto en Taiwán como en China continental, y muchos académicos tienen ahora una perspectiva positiva hacia la religión.