En este último caso, se entendía que el mandato del cielo quitaba el mando a un mal gobernante y transfería entonces el poder político a otro individuo que poseyera dotes de mejor gobernante.
Los historiadores chinos interpretaban una revuelta exitosa como prueba de que el Cielo había retirado su mandato al gobernante.
Esta idea fue muy popular en China debido también a que invocando el Mandato del Cielo cualquier líder poderoso en épocas de crisis podía deponer a los gobernantes que no fueran los apropiados para sus intereses alegando que las graves dificultades de la nación ocurrieron porque el monarca había "perdido el Mandato del Cielo", del mismo modo una revuelta exitosa contra la autoridad imperial podía encontrar justificación (y legitimidad a posteriori) en esta doctrina.
Según la filosofía china una revolución estaba justificada ante un soberano despótico o ineficiente, alegando que ese gobernante había perdido el Mandato del Cielo por su mala conducta: la derrota del gobernante sería una prueba decisiva de haber perdido el favor divino.
Mencio afirmaba que:[1] Así pues, el Mandato del Cielo no confiere un derecho incondicional a gobernar.
[4]: 39 De los filósofos políticos del período de los Reinos Combatientes, Mencio fue quizá el más radicalmente revolucionario, eludiendo deliberadamente cualquier distinción entre derrocar a un gobernante malvado y castigar a un delincuente común.
Más bien, la rebelión está siempre proscrita y severamente castigada; pero sigue siendo un derecho positivo fundamentado en el sistema moral chino.
A menudo, se utiliza como justificación de acciones para derrocar a una dinastía anterior después de que una rebelión haya tenido éxito y se haya establecido un nuevo gobierno dinástico.
Las cuatro ideas así expresadas tenían cuatro implicaciones importantes: legitimaban a la dinastía reinante ante el pueblo, en caso de haber varios pretendientes a Emperador de China debía establecerse cuál de ellos podía alegar el Mandato del Cielo en su favor, los gobernantes tenían un estímulo para mantener buena conducta y preocuparse del bienestar de su pueblo, y sobre todo, los gobernantes siempre tendrían miedo a una rebelión cuyo triunfo sería interpretado como reprobación del Mandato del Cielo.
[16] Las dinastías vietnamitas posteriores y más centralizadas adoptaron el confucianismo como la ideología estatal, lo que llevó a la creación de un sistema tributario vietnamita en el sudeste asiático que se inspiró en el sistema sinocentrista chino en el Este de Asia.