Carlos Mugica

[2]​[3]​ Sus restos fueron trasladados en 1999 a la Villa 31 para ser sepultados en la parroquia Cristo Obrero que Mugica fundó, luego de una ceremonia encabezada por el entonces Arzobispo de Buenos Aires Jorge Bergoglio, actualmente Papa Francisco,[4]​ quien lo definió como "un gran sacerdote que luchaba por la justicia".[15]​[12]​ El propio Mugica describió aquella primera experiencia de contacto con «la gente humilde» y su religiosidad; Ese mismo año realizó su primera misión al Chaco santafesino, donde tomó contacto, según sus propios dichos, con «el dolor de los pobres».[17]​ Carlos Mugica había sido educado en una familia antiperonista de clase alta, que le transmitió de niño los prejuicios y estereotipos con que el antiperonismo rechazaba y denigraba al movimiento peronista.[18]​ Según su propio relato sucedió en el conventillo de la calle Catamarca, al que iba semanalmente: En noviembre de 1957 escribió su primera obra: «El católico frente a los partidos políticos», para la revista del Seminario.Junto con Mugica fueron ordenados otros catorce compañeros de promoción que habían completado sus estudios: Hugo Amaral, Alfredo Beranger, Ernesto Bernardi, Héctor Blanes, Norberto Catanese, Alejandro Cordeyro, Gilberto Furlán, Nicolás González, Carlos Hernando, Alejandro Mayol, Luis H. Rivas, Mariano Soja, Alberto Penas y Juan Zárate.[20]​.Particularmente Gustavo Ramus, Fernando Abal Medina y Mario E. Firmenich, futuros fundadores de Montoneros.[15]​ Mugica pasó entonces a desempeñarse como vicario en la parroquia Inmaculada Concepción de María, en la calle Independencia.Encíclicas papales como Mater et Magistra (1958) y Pacem in Terris (1963), a las que luego se sumaría Populorum progressio (1967), consolidaron una línea de compromiso social y en cierta medida también político, para la acción pastoral.A fines de 1967 viajó a Bolivia para reclamar por los restos del Che Guevara, que había sido asesinado por el gobierno boliviano poco antes sin darle cristiana sepultura y haciendo desaparecer el cadáver.Sin poder obtener una respuesta favorable del gobierno boliviano siguió se dirigió a Francia.[15]​ Los años 1969 y 1970 son de gran importancia porque estallan once puebladas insurreccionales en diversas ciudades del país: Ocampazo, Correntinazo, Rosariazo, Salteñazo, Cordobazo, Tucumanazo, Segundo Rosariazo, Cipolletazo, Choconazo, Segundo Tucumanazo y Catamarqueñazo.[35]​ El clima insurreccional impulsó a su vez la organización de varias organizaciones guerrilleras: Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), Fuerzas Armadas Peronistas (FAP), Descamisados, Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) y Montoneros.Mugica escribió una respuesta de 18 páginas, con la asistencia de Luis Rivas, Lucio Gera y Rafael Tello y pidió a la Curia que ese escrito también fuera publicado en el Boletín Eclesiástico, sin obtener respuesta.[15]​ En junio de 1972 fue entrevistado por la revista Siete Días en un extenso reportaje titulado «Un cura se confiesa», que comienza diciendo: «Fue muchas veces señalado como un sacerdote subversivo».Pero ahora pensaba que era indispensable cesar en el uso de la violencia, cuestionando por ello tanto a los sindicatos, como a los grupos de «la derecha peronista» y los grupos guerrilleros, peronistas y marxistas.[34]​ Los ataques y cuestionamientos contra el padre Mugica recrudecieron, tanto desde la derecha como desde la izquierda.Su mensaje tuvo como contexto el ataque al Comando de Sanidad por parte del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) el día anterior, en plena campaña electoral que llevaría a Juan Domingo Perón a su tercera presidencia.Se le atribuye un ascendente destacado sobre la juventud militante, y la participación en la conformación de la «JP Lealtad», la mayor escisión que experimentó la organización Montoneros en sus filas, y que tuviera al padre Jorge Galli —también sacerdote del Tercer Mundo— como uno de sus máximos referentes.[57]​[58]​ Los testigos del hecho, en particular Capelli, identificaron como autor material a Eduardo Almirón, un policía miembro de la Triple A, que había estado sentado en los bancos traseros de la iglesia, mientras Mugica celebraba la misa.[58]​ Al fallecer Mugica «hubo como una especie de desbande y luego salieron.A partir de ese momento Capelli fue perseguido, amenazado e incluso mantenido como detenido-desaparecido en 1978.[62]​ Décadas después el álbum fue recreado a partir de los pocos ejemplares sobrevivientes.La agencia oficial del Gobierno atribuyó el asesinato a los grupos que habían lanzado una «campaña de terror contra todas la instituciones de la República, cuyos efectos ya se hicieron sentir en relación al sindicalismo y las Fuerzas Armadas».La causa estuvo en etapa de instrucción desde su reapertura en 2006, y en ella actúa como querellante la Liga Argentina por los Derechos del Hombre.[68]​ En conexión con la causa por asociación ilícita citada en el párrafo anterior, en abril de 2016 el fiscal Eduardo Taiano, pidió a la jueza Servini de Cubría, que también se condene a Jorge Conti, Carlos Villone, Julio José Yessi y Rubén Pascuzzi, por cuatro homicidios, privaciones ilegítimas de la libertad y lesiones graves.[57]​ La Fiscalía dio a conocer el pedido de condena en estos términos: Algunos políticos, historiadores y periodistas han descartado los testimonios presenciales y las decisiones judiciales para defender la hipótesis difundida en un primer momento que atribuyó el atentado a la organización guerrillera Montoneros.[69]​[70]​ Por su parte, el historiador Javier Garín insiste en la hipótesis inicial del gobierno, sosteniendo que la Triple A no existía antes de la muerte de Perón: «Cuando muere el Padre Mugica todas las sospechas se dirigen contra Montoneros».Para elaborar su opinión afirmó que habría recurrido a supuestas declaraciones del padre Rodolfo Ricciardelli, fundador junto a Mugica del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo.Incluye: volantes, afiches, carteles, panfletos, fotografías,[78]​ libros, revistas, folletos, recortes de diarios, diapositivas, vídeos, etc.Entre ellas se cuenta la siguiente de 1969,[81]​ reiterada hoy por los «curas villeros»: ● Los Guardianes de Mugica es la primera murga del Barrio 31, formada en 1999 por vecinos que lo conocieron y compartieron historia en los años 70, y que aún continúan viviendo en Retiro.
Palacio de los Patos , conocido edificio de clase alta en Barrio Norte de Buenos Aires, donde nació Carlos Mugica.
Carlos Mugica en 1970.
El 28 de junio de 1966 tomó el poder una dictadura permanente encabezada por el general Juan Carlos Onganía , que abolió los partidos políticos, siguiendo los lineamientos de la Doctrina de la Seguridad Nacional de los Estados Unidos . La cancelación de la política impulsó la generalización de puebladas insurreccionales y la creación de organizaciones guerrilleras.
Raúl Lastiri , Héctor Cámpora y el padre Carlos Mugica comiendo asado en la villa. Mayo de 1973. Revista Panorama.
Parroquia de San Francisco Solano, en la puerta de donde fue asesinado el padre Mugica luego de dar misa. La placa dice: "Padre Carlos Mugica. 11 de mayo de 1974. Después de celebrar la misa cayó aquí víctima de aquellos a quienes molestaba su ardiente palabra y su acción impulsadas por la fuerza del Evangelio en favor de los humildes del pueblo. " Señor, quiero estar con ellos a la hora de la luz..."
La tumba del padre Mugica, en la parroquia Cristo Obrero.
Rodolfo Almirón , policía y miembro del grupo parapolicial de extrema derecha Triple A , fue reconocido por Ricardo Capelli, baleado en el mismo atentado, como el asesino del padre Mugica.
Cartel de bienvenida a la Villa 31 , en el que se homenajea al sacerdote al denominarla «Padre Mugica».
Imagen de la Villa 31 , donde Carlos Mugica desarrolló su apostolado caracterizado por su «opción por los pobres».