[1] El ERP había decidido, luego de una fuerte discusión interna, que su estrategia política frente al gobierno de Héctor José Cámpora sería la de no atacar al gobierno en tanto el mismo no atacara al pueblo ni a la guerrilla pero que, por su parte, seguiría combatiendo militarmente a las empresas imperialistas y a las fuerzas armadas.
La presencia de la guerrilla, pensaba, obligaría al gobierno peronista a adelantar su opción entre ceder momentáneamente o reprimir.
Una vez que asume Cámpora y ocurre la masacre de Ezeiza, ya hay una política concreta en su lugar y el cuerpo de oficiales ya sabe lo que va a hacer y responde a una nueva doctrina interna que refleja la decisión de combatir a la guerrilla”.
Según reconocieron los militares, la planificación fue hecha con cuidado e ingeniosamente, copiando la forma operativa utilizada en la fuga del penal de Rawson, esto es, un pequeño grupo que va dando los primeros golpes, y estuvo a minutos de haber concluido con éxito.
Sin embargo, dos conscriptos que se fugaron aprovechando la distracción de un guerrillero y un encuentro con un patrullero, lo hicieron fracasar.
Así lo hicieron y entró un camión F-100, carrozado perteneciente a una empresa comercial seguido de un automóvil particular.
Siendo aproximadamente las 03:30, en una distracción de quienes los custodiaban, dos conscriptos escapan del cuartel y se dirigen a la seccional de policía ubicada a tres cuadras pero a una cuadra del Comando, se encontraron con un patrullero policial al que explican la situación y en pocos minutos la policía cercó el lugar y bloqueó con camiones las salidas de vehículos.
Los ocupantes pidieron una tregua para sacar a los heridos, a los que ya habían dado primeros auxilios, y al ser aceptada sacaron por el portón de la calle 15 de noviembre y dejaron en la acera al teniente primero Rutch y el soldado Degdeg, que fueron trasladados inmediatamente en una ambulancia al Hospital Militar.
Otro participante, el ahora periodista Eduardo Anguita, fue condenado por esta acción a dieciséis años de prisión.
Como consecuencia del hecho, Raúl Alberto Lastiri, presidente interino desde julio a raíz de la renuncia de Héctor José Cámpora, firmó el decreto N.º 1453/73 que ilegalizaba al ERP, el mismo día en que Perón ganaba las elecciones.
[10] También estaban Alejandro Enrique Ferreira Beltrán, que se había fugado a Chile del penal de Rawson donde estaba detenido y Rubén Juares y Rodolfo Rodríguez, que se escaparon en el Palacio de Tribunales cuando los llevaban a declarar.
Julio Santucho, en su libro Los últimos guevaristas, afirma: En cambio, tanto el ERP como Montoneros cometieron el error de continuar con su accionar militar cuando el pueblo aún no había agotado su confianza en la clase política en general y en el peronismo en particular.