Un vehículo de motor central se caracteriza por tener el propulsor situado entre los ejes delantero y trasero, aunque por lo general, el término se utiliza para designar preferentemente a aquellos coches que lo tienen ubicado entre el habitáculo y el eje trasero.
[3] Sin embargo, ya en 1898 el constructor francés Panhard & Levassor tuvo la idea de disponer el motor bajo un capó situado por delante del conductor.
Históricamente, la mayoría de los automóviles DT clásicos, como los modelos Ford T y A, se considerarían como vehículos con motor DCT.
Estos coches utilizan la disposición de motor central más tradicional, situándolo entre el habitáculo y el eje motriz trasero.
Estos coches utilizan tracción en las cuatro ruedas, con el motor situado entre los dos ejes, pero por detrás del habitáculo.