Su conformación como un subgénero definido se produce en 1943 con el surgimiento del jazz afrocubano y años más tarde con la creación de la bossanova en 1957.
En los primeros años del siglo XX, ya se produjo una temprana incorporación de elementos latinos a la música hot.
Ya por entonces trabajaban en Nueva York destacados músicos latinos, integrados en big bands de swing, como Nilo Menéndez, Alberto Socarrás, el portorriqueño Juan Tizol, o el propio Mario Bauzá.
[5] Para algunos autores,[6] existía una importante dificultad para que los devaneos entre jazz y música cubana lograran una conjunción plena: la base rítmica regular en la que se apoyaba el swing contrastaba con la multiplicidad de ritmos propios del son, la rumba y demás estilos cubanos.
[10] Sería precisamente la aplicación de los conceptos del bop lo que salvaría definitivamente el hueco entre jazz y música latina.
[8] Junto a Dizzy Gillespie, numerosos músicos de jazz y música cubana, como James Moody, Tito Puente, Chico O'Farrill o Stan Kenton ("Chorale for Brass, Piano & bongo", 1947, con el bongocero Jack Constanzo; "Machito" y "Mambo en Fa", con el percusionista Carlos Vidal; etc.) siguieron trabajando el ritmo y la estructura de la música afrocubana ejemplificada por Machito, con instrumentaciones más cercanas al jazz.
Sin embargo, sería Machito quien grabara la obra más emblemática del jazz afrocubano basado en el mambo, Kenia (1958), con músicos como Cannonball Adderley o Joe Newman.
La influencia de este género fue patente en jazzistas como Red Garland (que llevaba a Ray Barretto en su grupo), Clark Terry o, sobre todo, Herbie Mann.
[22] Menos masivamente conocida, pero extraordinaria en cuanto a su calidad musical es la vertiente del jazz brasileño de vanguardia desarrollado desde los años sesenta por Hermeto Pascoal, Sivuca, Heraldo do Monte, Egberto Gismonti, Nana Vasconcelos, Arrigo Barnabé y Airto Moreira entre otros.
En este sentido, ha habido una importante fusión del jazz con géneros autóctonos tales como el pasillo, el bambuco, la cumbia, el porro, etc.
[23] Es así que, desde la década de 1920 van surgiendo orquestas de jazz en ciudades caribeñas como Barranquilla, Cartagena y Ciénaga, popularizando un género que, al poco tiempo, va a llegar a ciudades del interior, como Bogotá, Cali y Medellín.
Entre los grupos más conocidos están, Los Jaivas, Congreso, Fulano, La Marraqueta, Entrama, Ernesto Holman o Francesca Ancarola.
Más relacionados con la fusión contemporánea, encontramos a Ensamble Quintessence, Ángel Parra Trío, Los Titulares, Akinetón Retard, Contracuarteto, Cristián Gálvez, Mediabanda, y la Familia Lecaros, entre otros.