[5] Con respecto a las creencias sobre el origen del son podemos afirmar, tal como el experto en la rumba cubana David Peñalosa señala en cuanto a la rumba de solar, que están llenos de “incógnitas, contradicciones, conjeturas y mitos.”[6] La forma en que supuestamente arriba el son a La Habana ha sido motivo de controversia y especulación durante mucho tiempo.
Según ciertos estudiosos del tema, como Jesús Blanco,[7] el son es "traído" a la capital por algunos miembros del Ejército Permanente en 1909, pero de acuerdo con otras evidencias, lo más probable es que este haya estado ya presente en esa ciudad desde el siglo XIX.
No basta con afirmar que a este cuerpo armado estuvieran vinculados algunos músicos, muchos de ellos soneros.
Si el son es un fenómeno artístico que se venía formando desde la segunda mitad del siglo XIX – y no solo en la antigua provincia de Oriente - , es lógico suponer, mas no afirmar, que ya mucho antes de 1909 se escuchara en la capital por las razones antes apuntadas…”[9] El son evolucionó posteriormente dando origen a otros géneros como el son montuno, el mambo y la salsa, aunque aún es interpretado por agrupaciones de corte tradicional en Cuba, Perú, Puerto Rico, Venezuela, Colombia, Estados Unidos, República Dominicana y Canarias.
[11] Danilo Orozco también muestra una posición más abierta cuando dice: "... De esta manera, cientos de territorios orientales tienen una gran importancia objetiva generativa - pero no exclusiva - y esto comprende la interrelación temprana campo-ciudad",[12] y Radamés Giro afirma sobre este tema: "Si el son fue un fenómeno artístico que se desarrolla desde la segunda mitad del siglo XIX - y no sólo en la provincia del viejo Oriente -, es lógico suponer, pero no afirmar , que mucho antes de 1909 se escuchó en la ciudad capital (La Habana), debido a las razones antes mencionadas ..."[9] Un experto en la contradanza, el musicólogo Peter Manuel, propone una teoría bien documentada en donde afirma que gran parte de la estructura del son se originó a partir de la contradanza en La Habana, alrededor de la segunda mitad del siglo XIX.
Esos trovadores de diferentes partes del país se reunieron con otros que ya vivían en La Habana, como María Teresa Vera y Rafael Zequeira.
Decía:" los sones que fueron compuestos en ese momento no eran más que dos o tres palabras que se repetían durante toda la noche..."[17] Una lista parcial de los trovadores que grabaron rumbas, guarachas y sones en La Habana a principios del siglo XX incluye a Sindo Garay, Manuel Corona, María Teresa Vera, Alberto Villalón, José Castillo, Juan Cruz, Juan de la Cruz, Nano León, Román Martínez, así como los dúos de Floro y Zorrilla, Pablito y Luna, Zalazar y Oriche, y también Adolfo Colombo, que no era un trovador sino un solista en el Teatro Alhambra.
Uno de esos grupos, Los Apaches, fue invitado en 1916 a una fiesta celebrada por el presidente Mario Menocal en el exclusivo Vedado Tennis Club, y ese mismo año algunos miembros del grupo se reorganizaron en un cuarteto llamado Cuarteto Oriental.
Posteriormente, la RCA Victor contrató a Godínez en 1918 para organizar un grupo y grabar varias canciones.
Este grupo estableció la configuración "clásica" del sexteto de son compuesto por guitarra, tres, bongos, claves, maracas y contrabajo.
[23] Unos años más tarde, a finales de 1920, los sextetos de son se convirtieron en septetos y la popularidad del son continuó creciendo con artistas como el Septeto Nacional y su director Ignacio Piñeiro (Echale salsita - Donde Estabas anoche).
En 1930, la Orquesta Habana Casino de Don Azpiazu llevó la canción a los Estados Unidos, donde también se convirtió en un gran éxito.
Más tarde, estos conjuntos añadieron Piano, otra percusión, más trompetas, e incluso instrumentos en formato de Big Band[25] La presencia del Trío Matamoros en la historia del son cubano es tan importante que merece una sección aparte.
Su desarrollo constituye un ejemplo del proceso que los trovadores normalmente seguían hasta convertirse en soneros.
El trío fue fundado por Miguel Matamoros (voz y primera guitarra), nacido en Santiago de Cuba (Oriente) en 1894.
En este proyecto participaron figuras tan importantes como Lorenzo Hierrezuelo, Francisco Repilado (Compay Segundo) y Beny Moré.
Utilizando solos, toques, congas, trompetas adicionales, percusión y pianos, aunque todos estos elementos se habían usado anteriormente (Papauba - Para bailar son montuno).
El son se hizo más sofisticado, siendo adoptado por conjuntos, que desplazaron a los sextetos y septetos tradicionales.
Las big bands sustituyerón los conjuntos, que lograron mantener su sabor a pesar de los elaborados arreglos.
Estas bandas contaban con una sección de viento relativamente pequeña, Piano, contrabajo, percusión cubana y un vocalista al frente del conjunto.
Con la llegada del Chachachá y Mambo a los Estados Unidos, el son también se hizo muy popular.
También abrió la puerta para que otros géneros con raíces afrocubanas pasaran a ser populares en Cuba y todo el mundo.
[28] En la actualidad, aunque ya no tan popular, el son tradicional ha sido asimilado por otros géneros y está presente en ellos.