Está considerado uno de los más importantes exponentes del son cubano y sus variantes.
Su niñez transcurrió en el popular barrio de Pueblo Nuevo, donde realizó sus estudios primarios y comenzó su interés por la música al participar en coros infantiles.
En 1926 se integró como contrabajista al Sexteto Occidente de María Teresa Vera y la acompañó a Nueva York.
Rápidamente esta agrupación caló fuerte en el gusto del público por su calidad interpretativa y su novedoso repertorio basado en las composiciones de Piñeiro.
Piñeiro abandonó el septeto en 1935 para retomar su dirección en 1954, junto con el acordeonista Eddy Gaytán (que era director del sello EGREM), labor que continuó hasta su fallecimiento en La Habana el 12 de marzo de 1969.