La independencia estadounidense tiene consecuencias que no solo afectan a otros países americanos, sino que tienen un impacto en el continente europeo, donde la mayoría de los países tuvieron rivalidades históricas, económicas y militares.
De hecho, varios otros imperios europeos ayudaron a los revolucionarios estadounidenses económica y militarmente a debilitar las fuerzas británicas, generando así una desestabilización internacional de su poder.
Guayaquil quiso hacer su propia república y fue obligado tras la Batalla de Tarqui, a entrar en el Ecuador como parte.
En América Latina, y en particular en las colonias españolas, la figura de Napoleón I es fundamental.
La invasión francesa desestabiliza la corona española, agravando la crisis de herencia que incuba entre Carlos IV y su hijo Fernando.
Bolívar también informó a Guayaquil que iniciaría una campaña simultánea desde el norte.
Al recibir la noticia de la derrota, Aymerich volvió sobre sus pasos y se dirigió a la sierra.
Las fuerzas patriotas perdieron 800 hombres, en su mayoría asesinados, más 50 prisioneros, entre ellos el general Mires.
Como la batalla también había cobrado un alto precio a los realistas, Aymerich decidió no explotar su victoria con un avance en las llanuras costeras.
[3] Bolívar realiza los preparativos ese mismo año: organiza un ejército de cuatro mil soldados, encarga la Presidencia a Santander y marcha al sur.
[4] Inicialmente el Libertador quería transportar la tropa por mar en tres bergantines; cuando se encontraba embarcándose por el puerto de Buenaventura, apareció una escuadra española enviada por Juan de la Cruz Mourgeon y Achet desde la actual costa septentrional del Ecuador, estaba conformada por una corbeta, cuatro goletas y tres transportes.
El Libertador deseaba evitar Patía y Pasto, conocedor de los desastres sufridos por otros comandantes en los años anteriores.
[6] También esperaba contar con el apoyo del gobierno chileno[7] y de San Martín[8] para liberar Quito.
La resistencia de la población, unida a la dificultad del terreno, hacían a la región una posición de gran capacidad defensiva donde las guerrillas realistas conducidas por el general mestizo pastuso Agustín Agualongo lograron mantener su resistencia por mucho tiempo.
[12] Tras algunos enfrentamientos en el Valle del Cauca Calzada fue relevado de su mando y enviado a Venezuela mientras que los pastusos continuaron la resistencia.
El ejército se había reducido por las bajas y las guarniciones a 2100 efectivos.
Los realistas al mando de Basilio Modesto García, en una sólida posición infligieron grandes pérdidas a los colombianos.
El resultado de esta batalla fue parejo, con grandes pérdidas para ambos bandos.
En la tarde del 19, las guerrillas volvieron a atacar y fueron de nuevo repelidas.
García se retira a Pasto mientras Bolívar cruza el río Mayo y acampa en la altura denominada Trapiche.
Benito Boves huye con gran parte de la población hacia las montañas.
La causa realista estaba pérdida, sus últimos defensores estaban aislados de España en la Sierra bajo peruana y en el Alto Perú por el ejército de San Martín, en Bogotá se esperaba que pronto capitularan.
Flores huyó a Juanambú, Merchán Cano se convirtió en el último gobernador monárquico de la ciudad y Agualongo fue nombrado comandante general.
Sin embargo, como los principales cabecillas rebeldes seguían vivos la guerra continuó.
Algunos historiadores han querido ver en estas expresiones públicas un deseo anexionista a Colombia o a Perú, y otros de que el gobierno guayaquileño tenía intención de mantenerse soberano.
La anexión de Guayaquil a la Gran Colombia, provocó el autoexilio de Olmedo, quien en una conmovedora misiva le hizo conocer a Simón Bolívar su desacuerdo con las medidas adoptadas con su gobierno.
La entrevista no tenía entre sus puntos el destino de la Provincia como mal se suele afirmar.