A inicios del siglo XIX, Guayaquil era el principal arsenal y puerto español en el océano Pacífico.
[14] Ahora los independentistas contaban con una gran cabeza de puente para avanzar sobre Quito, formando una tenaza con sus camaradas en Popayán.
[9] Fue organizada usando como base los soldados, el armamento, la artillería y todo el material que capturaron con el pronunciamiento en Guayaquil.
[14] Según el historiador Jorge Núñez, su nombre: «revela el sentido nacional que tenía su acción, encaminada no a la protección de una ciudad sino del país entero».
[23] Como las fuerzas realistas vencidas en Boyacá habían logrado reorganizarse en San Juan, Aymerich se sintió con la confianza suficiente para concentrar sus esfuerzos en los guayaquileños.
[27][28] Basado en Pedro Fermín Cevallos y Francisco Aguirre Abad, el historiador José Antonio Gómez Iturralde creía que el puerto siempre tuvo una guarnición no menor a los 2000 hombres.
[29] Su colega, Jesús Reyes Quintanilla, afirmaba: «La población ofrecía muchos recursos y cómodo acantonamiento para más de 2.000 hombres».
[30] El militar ecuatoriano Galo Chacón Izurieta estimaba que los ejércitos en campaña en la Real Audiencia podían alcanzar un máximo de 2000 a 3000 plazas.
[33] El militar e historiador argentino Leopoldo Ornstein estimaba que esa división debía sumar unos 2000 hombres.
[1] El historiador colombiano Aníbal Galindo redujo la cifra a 1500,[38] al igual que su colega venezolano Nicolás González Chávez.
[4] Restrepo afirmó inicialmente que eran 550 hombres, pero poco después corrigió la cifra a 800 jinetes y cerca de 500 infantes.
[32] Entonces, las infanterías empezaron a arremeterse mutuamente sin un claro vencedor ni piedad, aunque según Chacón Izurieta lentamente parecía imponerse el bando independentista.
A esto se unió que el batallón Libertadores N.° 2 y su comandante, el mayor Hilario Álvarez, abandonaron su posición[49] en el flanco derecho patriota.
[53] El comandante realista Tamariz, llegado al continente en la expedición de Pablo Morillo,[8] elevó el número a 800 patriotas muertos.
[20] Habían tres facciones en disputa por el apoyo popular:[56] un partido liberal que era mayoritario y defendía crear un Estado propio e independiente, pero aceptaban el unirse al Perú si militarmente no les quedaba otra opción; un partido legitimista, conservador, minoritario y que defendía encarecidamente la unión con el Perú; y una pequeña minoría de exaltados que defendían unirse a la República de la Gran Colombia.
[57] Urdaneta y Febres Cordero fueron reemplazados por el coronel Luzuriaga,[17] quien quedó a cargo del proceso contra ellos.
Debido a esto último, Guido no firmó el convenio aunque sería cumplido en los meses posteriores.
[63] Los vencedores de Huachi padecieron apenas 25 muertos y 30 heridos,[49][35] bajas muy escasas que los animaron a continuar su ofensiva.
[20] Pero la situación se volvió tan crítica que José Joaquín de Olmedo solicitó ayuda al presidente Bolívar.
[74] El historiador Ibáñez Sánchez compara a Huachi con La Puerta, en Venezuela, otro lugar donde hubo varias batallas y todas las perdieron los independentistas.
[37] También la compara con Pitayó como un caso en que la victoriosa caballería realista, en lugar de perseguir a los patriotas, los dejó escapar.