[1][8] Fue tal su poder, que cuando Barreiro intentó conquistar Casanare en 1819 y fracasó, Santander afirmó en una carta a Bolívar fechada el 21 de abril de 1819 que ni con tres o cuatro mil soldados podría conquistar la provincia.
[9] Enterado, el virrey envió al coronel Barreiro con 1.200 soldados contra Santander, el realista avanzó hasta Pore pero debió retirarse a Tunja tras sufrir fuertes bajas.
Pretendía también con ello, que la quinta división del ejército realista, al mando del general Latorre, no se internase en territorio granadino para auxiliar a la tercera división allí existente.
Este constaba de cuatro batallones de infantería: Rifles, al mando del coronel Arthur Sandes; Barcelona, al mando del coronel Ambrosio Plaza; Bravos de Páez al mando del coronel José de la Cruz Carrillo y la Legión Británica, al mando del coronel James Rooke que tenía entre 160 y 200 hombres,[12] sumando entre todos los batallones 1.332 hombres.
Adicionalmente contaba con 40 hombres de artillería que disponían de 4 piezas ligeras al mando del coronel Bartolomé Salom y la caballería con 814 efectivos, distribuidos en tres batallones: Húsares, Llano arriba y Guías al mando entre otros, de los coroneles Juan José Rondón, Leonardo Infante, Lucas Carvajal, y Juan Guillermo Iribarren que desertó el día 3 de junio con el escuadrón húsares.
[13] La travesía desde Guasdualito hasta Tame sumaron unos 200 km, realizada en pleno invierno, donde las tropas sufrieron penurias a causa de los ríos crecidos, lluvias constantes e inundaciones en todo el recorrido, la escasez de alimentos y la incapacidad para aprovisionarse de los mismos; adicionalmente debían mantener secos el armamento y la escasa munición con la que contaban.
El ejército de Bolívar a su vez se reorganiza en Tasco bajo el fuego enemigo y rápidamente se ubica en formación de batalla, pero el ejército realista viendo la superioridad del enemigo rehúye el combate y se repliega a una altura llamada El Molino en donde espera refuerzos y obtener una posición más ventajosa para el combate, finalmente tras ocho horas de acciones Bolívar suspende el ataque y se desplaza a Gámeza donde reunió todo el ejército.
Los dos bandos enviaron batallones de infantería en sucesivos ataques y contraataques, al final del día, habiendo los dos ejércitos utilizado los últimos recursos en la batalla y con la balanza inclinándose a favor de los españoles, Bolívar ataca con la caballería mantenida en reserva durante todo el combate al mando del coronel Juan José Rondón junto a los famosos Lanceros del Pantano de Vargas.
Al no poder combatir en forma coordinada fueron finalmente rodeados y obligados a rendirse.
Sin embargo, las campañas independentistas deberían continuar: Sucre marchando hacia el sur, a Pasto, la Audiencia de Quito, el Virreinato del Perú y el Alto Perú; mientras Bolívar debía hacerlo hacia el occidente de Venezuela que aún se hallaba bajo el dominio de los realistas que contaban con 27.000 soldados para enfrentarse.