Isidro Barrada Valdés

Isidro Plácido del Rosario Barrada y Valdés nació en el Puerto de la Cruz, Tenerife.

Mandó una compañía en los combates de Barquisimeto en julio, en Mucuchíes en septiembre.

Seguidamente se incorporó en la Tercera División del ejército que mandaba el brigadier José María Barreiro.

Isidro Barradas, que tuvo un comportamiento en esa batalla declarado de “servicios distinguidos en grado heroico”, resultó gravemente herido por una bala en el muslo derecho y fue evacuado a Cartagena.

Por sus acciones se le propuso para la Cruz Laureada de San Fernando.

Logró atravesar con su bergantín la escuadra colombiana al mando del corsario John Daniel y consiguió hacer llegar 240 tropas de leales corianos.

Las condecoraciones y el ascenso a Coronel se conceden en mayo de 1824, cambiándose la faja roja, no empleada por el ejército, por un escudo portando el lema: “A fieles al Rey”.

Barradas solo pudo reunir 1036 hombres con los que embarcó en Santa Cruz.

De Tenerife se dirigió con el bergantín Eudogia y seis barcos a la isla Martinica.

El mando de la empresa recayó en Isidro Barradas, "Expedición Barradas", que solicitó el mando convencido equivocadamente, y el gobierno español, que la población mexicana se sumaría en masa a su causa.

Se dice que Tomás Mejía fue el único amigo de un soldado español que llegó huyendo a la Sierra Gorda y ocultando su verdadera identidad bajo el nombre de Darío Bissarda.

Se supone que ambos llevaron una estrecha amistad y no fue sino hasta en su lecho de muerte que Bissarda reveló a Tomás su verdadero nombre: Isidro Barradas, que había sido enviado al Continente Americano a reconquistar el territorio mexicano para devolverlo a la Corona Española, pero habiendo fracasado su misión, se vio obligado a refugiarse en la Sierra bajo otra identidad.

Conocedor el Gobierno español de lo ocurrido con la Expedición Barradas por su enemigo personal, el capitán general de Cuba Dionisio Vives, se emite una orden reservada para que Barrada sea detenido en España y trasladado para ser juzgado en Cuba con un resultado predecible de una condena a la última pena.

Carta de la invasión de Barrada a Tampico