Casa de la Ciudad (Barcelona)

El rey Jaime I fue quien nombró en 1249 a cuatro pahers para otorgar alguna autonomía en la gobernación de la ciudad.

Sobre este libro han tomado juramento y posesión de sus cargos los nuevos concejales durante siglos.

El Edificio Nuevo fue reconstruido en 1929 por Antoni Falguera, Joaquim Vilaseca y Adolfo Florensa con un gran estudio histórico que permitió la recuperación de algunos espacios casi desaparecidos en anteriores intervenciones.

Menos el Patio de los Naranjos, todo se conserva aunque, con algunas remodelaciones posteriores.

En los ángulos se encuentran las imágenes de San Severo y Santa Eulalia bajo pináculos también góticos.

Su construcción se data de 1391 con reformas posteriores y naturalmente su acceso era desde la fachada gótica.

Al final de esta planta baja se encuentra el lugar donde estaba la antigua escribanía y donde tiene lugar el arranque de la Escalera Negra hacia la parte noble del primer piso.

El Trentenario (en catalán: Trentenari), era el lugar donde se reunían treinta miembros del consejo, para deliberar las propuestas que debían llegar al pleno del Consejo de Ciento.

Acabado este proceso subían al Salón de Ciento donde hacían público el resultado.

La reforma renacentista del Trentenario, según Adolfo Florensa: «podría haber sido firmada por el propio Fra Giacondo».

Por documentos conservados se sabe que estaba situada en la parte izquierda de la entrada por la fachada gótica.

La escalera Negra (en catalán: l'Escala Negra), debe su nombre, al material que a partir del primer tramo cambia la escalera de piedra por mármol negro, y fue construida en 1929 por Adolfo Florensa y su equipo, de estilo neogótico para armonizar con su entorno hasta el primer tramo que cambia al estilo neoclásico de la planta primera.

Pero lo más llamativo del salón son los murales de pintura que cubren sus cuatro paredes y el techo.

Se hizo el encargo al pintor Josep Maria Sert, entonces residente en París.

A cada lado se encuentran las cuatro virtudes cardinales, prudencia, justicia, fortaleza y templanza.

Las galerías se abren al hemiciclo entre columnas jónicas de mármol rojo, cuyas bases están decoradas con motivos florales dorados.

Presiden el salón un retrato de la reina regente María Cristina con su hijo el rey Alfonso XIII, pintado por Francisco Masriera, y un busto del rey Juan Carlos I, situados detrás de la mesa presidencial.

En unas hornacinas laterales se pueden ver las esculturas realizadas por Josep Viladomat de San Jorge y Santa Eulalia.

El fallecimiento de Agustí Pujol ocurrido en el mismo año 1628, obligó a encargar las obras a Josep Sayós, que se tuvieron que interrumpir por la Guerra de los Segadores en 1640.

En los muros laterales del salón están las esculturas del rey Jaime I y de San Jorge realizadas por Manuel Fuxá, colocadas bajo un coronamiento con pináculos góticos reconstruidos en 1998 por el escultor Medina Ayllón.

Esta sala es la que tiene acceso al balcón principal de la fachada neoclásica, para su decoración se hizo el encargo al pintor Josep Pey en 1929; en el techo y en las cornisas representó la época borbónica en Barcelona durante el siglo XVIII, alrededor de la imagen central de Carlos III en su entrada a la ciudad.

Se encargó en 1929 al pintor Ricard Canals su decoración, que debido a su defunción, solo puedo llevar a cabo la pintura del techo, enmarcada dentro de un gran óvalo con fondo azul, tiene representada la ciudad de Barcelona como una figura femenina con el lema: Terra dabit merces undaque divitas.

En 1958 se encargó su decoración a Evarist Móra, que en grandes plafones cubrió todas sus paredes con marquetería, reproduciendo la expansión ciudadana de los siglos XIII y XIV.

Encargada al pintor Ramon Rogent en 1956, se representan los gremios y oficios que han tenido tanta importancia en la historia de la ciudad; por su muerte ocurrida dos años más tarde, fue acabada por su discípulo Joan Bosco Martí, quien la realizó siguiendo fielmente los dibujos de su maestro.

Se encargó una escultura para este nuevo espacio al artista Antoni Llena.

Decorada por Eulàlia Serra, esta sala fue inaugurada en 1990 con el objetivo de albergar conferencias de prensa y comisiones del gobierno, siendo la última gran reforma del edificio Novíssim, ubicado en la plaza San Miguel.

Pedro el Grande que aprobó el privilegio Recognoverunt proceres .
Maqueta del edificio en Cataluña en Miniatura .
Uno de los escudos de Barcelona del escultor Subirachs , antiguamente emplazados en la fachada del edificio Novísimo.
Puerta principal de la fachada gótica , con tres escudos, dos del ayuntamiento y el central de las armas del rey Pedro III .
Ventanal gótico del piso superior de la fachada gótica .
Placa con motivo de la inauguración de la Plaza de la Constitución, colocada en la fachada neoclásica , y retirada el 2013 (actualmente en el MUHBA)
Coronamiento de la fachada neoclásica , según proyecto de Francisco Daniel Molina en 1855.
Sala de las Cuatro Estaciones con pinturas de Rafols-Casamada .
Escalera de Honor . Al fondo se aprecia la escultura de Sant Jordi.
Primer sello que se utilizó en la escribanía , representado escultóricamente en la escalera negra .
Detalle del mural pintado por Viladrich en la escalera Negra .
Pinturas de Sert en el Salón de las Crónicas .
Capilla del Buen Consejo con la imagen de la Virgen de Montserrat presidiéndola.
Detalle del techo de la Capilla del Buen Consejo por Enric Monjo .
Salón Carles Pi i Sunyer con la pintura de la Reina María Cristina y Alfonso XIII.
Panorámica del Salón de Ciento durante una visita.
Jaime I en el Salón de Ciento .
Vitral de la galería gótica .
Detalle de la marquetería . Sala de la Expansión Ciudadana .
La obra Preferiría no fer-ho , en el patio central .
Friso Barcelona, del escultor Josep Maria Subirachs .