Su padre era secretario del conde de Barcelona, Ramón Berenguer I.
Tuvo conflictos con el príncipe de Tarragona (vídamo o defensor del territorio arzobispal), Robert d'Aguiló.
Fue declarado santo oficialmente en 1675; los siglos que habían pasado desde su muerte, sugieren la idea de que mantuvo su fama de hombre piadoso, fuertemente unido al pueblo y a los estamentos eclesiásticos.
El camarín, de estilo barroco, fue esculpido por Francesc Grau y Domènech Rovira II.
Este sepulcro barroco mantiene la escultura yacente, gótica, realizada por Pere Sanglada en el año 1406.