Como hijo segundo y ambicioso, fue destinado a la carrera eclesiástica.
Estudió en París y entró en la abadía benedictina de Cluny.
Más tarde fue para Roma y desempeñó diversos cargos importantes.
Ambos hombres fueron coronados papa el 23 de febrero, comenzando así el cisma.
Inocencio II pudo entonces regresar a Roma y gobernar sin oposición.