A su vuelta a Barcelona y después de una temporada trabajando en ilustraciones y decorados escenográficos, hacia el año 1957 inició una decantación hacia el arte abstracto, su obra poco convencional, utiliza elementos tridimensionales casi constantemente en sus obras, la mayoría también de gran formato.
Sus primeras obras están fuertemente marcadas por las influencias de Nonell y Gimeno.
[2] Siempre se considera que su primera etapa dura desde el verano de 1948 hasta 1951.
Este conocimiento será artísticamente importante y le despierta gran interés.
Desde este año ya comienza una etapa de plenitud que Rodríguez-Aguilera llama ¨expresionismo figurativo¨.
Entre 1957 y 1958 llega a la abstracción absoluta con elementos tridimensionales en sus obras y otra característica que siempre aparece es la desintegración formal a través de la descomposición de la figura.
Su viaje a México y Cuba en 1972 le será de importancia en varios sentidos.
De esta manera, no solo las obras realizadas allí, sino también su creación futura reciben alguna influencia por la experiencia en América en cierto grado.
Las obras de Guinovart ya han alcanzado a la plena madurez con libertad en el lenguaje y siempre están en contacto con la realidad.
En dicha bodega también se puede ver la obra "In Vino Veritas" de 10,5 m, así como diferentes obras del artista.
[6] Desde su muerte se han organizado numerosas exposiciones dentro y fuera del territorio y tanto la Fundación Josep Guinovart como la bodega Mas Blanch i Jové siguen difundiendo su obra.