[9] Tampoco era posible recurrir al sistema judicial, ya que los jueces argentinos rechazaban sistemáticamente los recursos de habeas corpus.
Inicialmente se reconocían entre sí llevando un pequeño clavo; luego las mujeres decidieron cubrirse el cabello con un paño de tela blanco.
[9] Se trataba de personas sin ninguna experiencia en actividades políticas u organizativas, ni conocimientos sobre los mecanismos institucionales nacionales e internacionales, que intentaban actuar prácticamente sin apoyos internos ni externos, en un medio en el que no existía el más mínimo respeto a los derechos humanos.
Toda esa información era compartida, analizada de manera sistemática en grupo y registrada.
[35] En todos los casos esas instituciones guardaron silencio o rechazaron la petición y permanecieron inactivas.
Aunque Brasil también se encontraba gobernado por una dictadura, coordinada con las demás dictaduras sudamericanas por medio del Plan Cóndor, la Arquidiócesis de São Paulo, adoptó una posición humanitaria activa frente a la violación de derechos humanos en la región.
La visita es recordada muchas veces por la propaganda oficial con la que el Gobierno militar intentó desprestigiarla, utilizando el lema «los argentinos somos derechos y humanos», concebido por la consultora estadounidense Burson-Marsteller (BM), con el fin de obstaculizar las denuncias internacionales por violaciones de derechos humanos.
La Abuelas iniciaron entonces un seguimiento e investigación en condiciones de riesgo extremo, que les permitió localizar a la niña y establecer con certeza su identidad.
Con esos datos, Paula Logares sería la primera niña restituida por la justicia argentina una vez restablecida la democracia.
Iniciaron la misma unas setenta madres y abuelas, rodeadas de policías, que marcharon toda la noche, bajo la lluvia y sin luz, ya que el gobierno militar había mandado cortar la iluminación pública en la plaza.
En ese período las Abuelas comenzaron a prepararse para las nuevas posibilidades de investigación que abriría la democracia.
Sin embargo, como en la mayoría de los casos los padres y madres habían sido desaparecidos, necesitaban otra vía que les permitiera probar que aquellas niñas y niños apropiados eran efectivamente sus nietos.
[53] Otro método que servía para determinar la identidad de la niña o del niño era la «identificación morfológica», pero como muchas/os de las/os nieta/os nacieron en cautiverio las Abuelas no contaban con fotografías que les permitieran elaborar una proyección basada en los rasgos distintivos.
En cada uno de los viajes al exterior las Abuelas empezaron a consultar especialistas en hematología, genética y antropología forense, si existía un elemento constitutivo de la sangre que sólo apareciera en personas pertenecientes a la misma familia.
En 1982, hicieron una gira por Francia, Alemania, Inglaterra, Italia, Suecia y otros siete países, pero no encontraron ninguna solución concreta.
Sin embargo, a raíz de las demandas motorizaron múltiples investigaciones sobre el tema.
Carla fue criada por este hombre y su esposa, junto a otro niño secuestrado-desaparecido, en calidad de hermano.
[67] Ese mismo año las Abuelas de Plaza de Mayo propusieron incorporar a la Convención sobre los Derechos del Niño el derecho a la identidad que fue incluido en los artículos 7 y 8, conocidos por eso como los «artículos argentinos».
[60][68] Al cumplir dos décadas en 1997, las nietas y nietos desaparecidos ya no eran niños, sino adolescentes y jóvenes, que ya habrían adquirido cierta autonomía en sus vidas, donde sea que se encontraran.
Con ese objetivo, en su 20º aniversario, en octubre de 1997 lanzaron la campaña «¿Vos sabés quién sos?».
En el acto oficial hablaron tres nietos recuperados que habían nacido allí.
En 2006, la conciencia masiva en la sociedad argentina sobre los niños desaparecidos y su búsqueda alcanzó un pico de popularidad cuando una telenovela de gran difusión popular Montecristo, dirigida por Miguel Colom y transmitida por televisión abierta (Telefé), incluyó en su argumento central y en sus protagonistas la presencia de jóvenes nacidos en cautiverio durante la dictadura, que descubren la verdad.
Trabaja mediante entrevistas a familiares de los desaparecidos, creando archivos con soporte oral, escrito y fotográfico.
[73] El material del archivo se encuentra actualmente en las instalaciones de la Casa por la Identidad.
El ciclo tuvo un altísimo índice de audiencia y debió ser repetido.
Ese mismo año una nieta recuperada (Victoria Donda) fue elegida diputada nacional.
Se trata de Mario Bravo quien pudo reencontrarse ese mismo día con su madre.
[81] No fue el primer caso de restitución donde madre e hijo pudieron reencontrarse.
Los servicios del Banco Nacional de Datos Genéticos son gratuitos y la información que obtiene es confidencial.
[91] Originalmente, el predio fue utilizado como Pabellón de Operaciones y Comunicaciones y, posteriormente, albergó la Escuela Nacional de Náutica Manuel Belgrano hasta que en 2007, el por entonces presidente Néstor Kirchner ordenó su desalojo.