Tras tomar clases de actuación y guion, se dedicó a la música.
Según Ferro, el grupo tocaba «con la intención de que cada show fuera único» y así se sucedían presentaciones de fuertes temáticas y despliegues escénicos, cada uno con su correspondiente concepto.
El 31 de marzo de 1997, Ferro realizó un acto dramático en un show en el hotel Bauen (Buenos Aires): en medio del recital abandonó el micrófono y se bajó del escenario: «Deposité el micrófono sobre el piso como quien recuesta un niño.
Siguieron tocando un año más, y a principios de 1998 publicaron su segundo álbum, Naturaleza muerta, que habían grabado en 1997.
Debido a la repercusión de este disco, un año después editó Todo lo sólido se desvanece en el aire, su segundo álbum solista.
En 2009 editó su quinto disco, Boca arriba y participa de Four Walls, la niña del enfermero, obra de Carlos Trunsky producida por el teatro Colón con Haydée Schvartz (piano), Gabo Ferro (voz y actuación), Leandro Tolosa y María Kuhmichel (danza), ganadores del Premio Clarín como mejor obra de danza.
Ese mismo año editó Nada para el destino, un disco realizado junto a Flopa Lestani y el artista plástico Ral Varoni.