El legado político y cultural de Napoleón perdura hasta nuestros días, como líder tan célebre como controvertido.Dos años más tarde, dirigió una expedición militar a Egipto que le sirvió de trampolín hacia el poder político.Este triunfo le dio gran fama y poder sobre el nuevo Directorio, en particular sobre su líder, Paul Barras.Sin embargo, Bonaparte desoyó las órdenes del Directorio de marchar contra Roma y destronar al papa.Un año después el general Berthier tomó Roma y apresó al papa, quien falleció por una enfermedad en su cautiverio.Esto devolvió a Barras el control, pero ahora dependiendo de Bonaparte para permanecer en su cargo.Finalizadas sus negociaciones con Austria, Napoleón regresó a París en diciembre, fue recibido como un héroe conquistador y la fuerza dominante en el gobierno, mucho más popular que sus directores.Otros, sin embargo, lo vieron como una maniobra propagandística que solo buscaba ocultar las intenciones imperialistas de Napoleón.Esta maniobra no fue exitosa dado que el pueblo egipcio siempre vio a los franceses como una fuerza de ocupación.Si bien Sieyes pretendía dominar el nuevo régimen, Bonaparte se le adelantó, redactando la Constitución del Año VIII, lo que aseguraba su elección como primer cónsul.Esto le convirtió en la persona más poderosa de Francia, poder que se incrementaría en la Constitución del Año X, cuando logró nombrarse primer cónsul vitalicio.En 1808 fue promulgado el Código de Instrucción Criminal, que establecía reglas y procedimientos judiciales precisos en esta materia.Si bien los estándares modernos consideran que dichos procedimientos favorecían a la parte acusadora, cuando fueron promulgados era intención de los legisladores resguardar las libertades personales y remediar los abusos en los tribunales europeos.Además, para afianzar la relación entre ambos Estados, pidió un legado papal a Roma, puesto que recaería en el cardenal italiano Giovanni Battista Caprara.En el año X (1802), otra constitución dictada por Napoleón otorgó carácter vitalicio a su consulado y sirvió como preámbulo para su autoproclamación como monarca del Primer imperio francés.Al parecer por una sugerencia del embajador francés en Viena, Jean-Baptiste Bernadotte, comenzó a componer su Tercera sinfonía, que titularía Eroica ('Heroica', en italiano).En este año, Rusia, Suecia, Austria y Nápoles se unieron a Gran Bretaña en la antifrancesa Tercera Coalición.Además, Westfalia, gobernado por su hermano Jerónimo, y el Gran Ducado de Varsovia, entre otros estados, pasaron a formar parte del Imperio.Napoleón dijo: "Mi verdadera gloria no es haber ganado cuarenta batallas (...) Waterloo borrará el recuerdo de tantas victorias.Napoleón fundó una serie de escuelas secundarias estatales (lycées) destinadas a producir una educación estandarizada y uniforme en toda Francia.[27] Prestó especial atención a los centros avanzados, como la École polytechnique, que proporcionaba tanto conocimientos militares como investigación puntera en ciencias.Esto enfureció a Napoleón, quien tenía simpatía hacia el Zar, lo que le hizo sentirse defraudado y traicionado.La tierra quemada fue la técnica militar que usaron los rusos contra los franceses, la cual consistía en retroceder y no pelear de frente con los soldados de la Grande Armée y arrasar las tierras abandonadas a los franceses para que estos no pudieran abastecerse del terreno invadido.Los rusos evitaron batallar en repetidas ocasiones contra la Grande Armée, aunque en algunos casos solo porque Napoleón dudó en atacar cuando la oportunidad se le presentó.Los rusos se replegaron y Napoleón entró a Moscú asumiendo que Alejandro I negociaría una paz.Había dispuesto en su testamento el deseo de ser enterrado a las orillas del Sena, pero se le dio sepultura en Santa Elena.[34] Se le consideraba tan favorable a los judíos que la Iglesia ortodoxa rusa lo condenó formalmente como "Anticristo y Enemigo de Dios".En los países conquistados, Napoleón instauró regímenes parecidos a los de la Revolución francesa, que adoptaron constituciones bastante garantistas.Su organizado gobierno logró sacar a Francia del caos en el que estaba durante y tras la Revolución.Thomas Jefferson se mostraba menos amable con los logros del corso, al que trataba en estos términos: La figura de Napoleón ha atraído en numerosas ocasiones a los cineastas.
Napoleón en Santa Elena
, por François-Joseph Sandmann.
Repatriación de las cenizas de Napoleón a bordo de La Belle Poule, el 15 de octubre de 1840
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Eugène Isabey
, 1842, Óleo sobre lienzo (369 x 238 cm).
Castillo de Versalles
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Un grabado francés de 1806 representa a Napoleón Bonaparte emancipando a los judíos