Emperador de los franceses

Emperador de los franceses (en francés: Empereur des Français) es el título que se impuso a Napoleón Bonaparte en 1804 con la instauración del Primer Imperio Francés, hasta 1815, año en el que las potencias europeas coaligadas le permitieron seguir ostentándolo, pero reducido territorialmente a la Isla de Elba; en los Cien días de 1815 hasta su definitiva derrota en la batalla de Waterloo.

El título enfatizaba que el emperador gobernaba sobre "el pueblo francés" (la nación) y no sobre Francia (el estado).

El título fue creado a propósito para preservar la apariencia de la República Francesa y para mostrar que después de la Revolución Francesa, el sistema feudal fue abandonado y se creó un estado nación, con ciudadanos iguales como súbditos de su emperador.

Desde la muerte prematura en 1879 del único hijo de Napoleón III, Louis Napoleón, la Casa de Bonaparte ha tenido varios reclamantes al trono francés.

Su posición es cuestionada por su hijo, Jean-Christophe, el Príncipe Napoleón, quien fue nombrado heredero en el testamento de su difunto abuelo.

Los cuatro Napoleones.