Tomó asiento en el llano, es decir, en el partido que no tenía ninguna opinión política propia, que se inclinaba siempre al lado más fuerte, por lo que votó la muerte de Luis XVI.
Fue miembro del Consejo de los Quinientos, a los cuales presidió el 18 de Fructidor del año V.
Al final de su periodo se convirtió en juez de paz, pero después del golpe de Estado parlamentario del 30 de Prairial del año VIII, lo nombraron miembro del directorio ejecutivo, gracias a la influencia Paul Barras, que pretendía usarlo como un instrumento pasivo.
El imperio le hizo numerosos favores, pero en 1814 abandonó a Napoleón y votó por su deposición.
Intentó ganar el favor del gobierno de la restauración, pero en 1816 fue exiliado en virtud de la ley contra los regicidas.