Luis fue el quinto hijo superviviente y el cuarto hijo varón de Carlo Buonaparte y Leticia Ramolino, de los ocho que sobrevivieron a la infancia.
Luis siguió a sus hermanos mayores en el ejército francés, donde se benefició del patrocinio de Napoleón.
Napoleón pretendía que Holanda fuera poco más que un Estado títere, pero Luis estaba decidido a ser lo más independiente posible, y de hecho se hizo muy popular entre su nuevo pueblo.
Al principio de su carrera pasó por el ejército y sirvió para Napoleón en Egipto.
Aunque su hermano mayor quiso hacer de él poco más que un gobernador francés, Luis se tomó sus obligaciones como rey seriamente, llamándose a sí mismo rey Lodewijk I (adoptando la forma neerlandesa para su nombre), intentando aprender el idioma neerlandés y esforzándose duramente para ser un gobernante de Holanda responsable e independiente.
Su reinado en los Países Bajos fue de corta vida sin embargo, lo cual se debió a dos factores.
Luis, haciendo frente a la petición de su hermano, se negó categóricamente.
(Su hijo y heredero, el futuro Napoleón III, por otro lado, fue en esos tiempos encarcelado en Francia por haber intentado maquinar un golpe de Estado bonapartista).