Se enroló en el Regimiento Corso, dentro del Ejército Real Napolitano, sirviendo en Calabria junto a su padre, obteniendo la formación militar que le auparía al liderazgo del exilio corso y del independentismo de la isla con respecto a la República de Génova.
Exiliado en el Reino Unido, en 1790 regresó a Córcega y fue nombrado gobernador de Bastia por la Convención.
En 1793 se sublevó y pidió el apoyo británico para proclamar la independencia en 1794 bajo el nombre de Reino Anglo-Corso.
Sus últimos años en la capital británica apenas los dedicó a observar la situación política general, falleciendo en 1807 y siendo enterrado en el cementerio de Saint-Pancras.
La Abadía de Westminster contiene un busto y un cenotafio a su memoria.