[2] No se ha podido precisar con exactitud el origen del romance pues su oralidad hace que sea bastante volátil y difícil de rastrear.Su descendiente Diego Catalán continuó esta labor, así como Manuel Alvar, Julio Caro Baroja, Francisco Aguilar Piñal y otros muchos.Los romances generalmente poseen una estructura narrativa en la que se puede distinguir un marco, una situación inicial, una complicación y una resolución.El marco está formado por los personajes, el lugar y el momento de la acción; mientras que en la situación inicial, se plantea un conflicto o un problema.Existen romances cuyo fraseo melódico es más largo y elaborado que el citado, aunque en estos casos se recurre a la repetición de uno o varios versos para lograr el perfecto encaje de la letra y la música.Vale la pena comentar que los romanceros antiguos existen también en otros idiomas, como el Catalán o el Portugués.En Austria Barbara Elisabeth Glück escribió un Romancero (1845) y en Alemania la imitó Heinrich Heine con otro Romanzero (1851).De estos ejemplos se tienen en toda Latinoamérica, con los corridos mexicanos, el joropo en Venezuela, los cantos del Pacífico en Colombia o las coplas populares en Argentina.[21] La mujer ha sido dejada en un segundo plano en la historia del romancero, y su importancia ha sido reducida a ser la inspiración de los poemas o la protagonista que encarna casi siempre valores pasivos o negativos;[22] es decir, se construye a la mujer desde una óptica masculina,[20] según los intereses masculinos; esto inclina la balanza del lado del caballero valiente (capaz de traicionar y reivindicarse), mientras la mujer aparece como una dama sumisa, fiel y casta (que si es deshonrada queda deshonrada de por vida).Son muchos los poemas que tratan sobre seducciones, incestos, adulterios, relaciones sexuales, enamoramientos, desamores, casamientos, pérdida de la honra, etc.En el romancero viejo (siglos XIV y XV) las conductas femeninas varían según aquello que se represente.Cuando han mancillado la honra de la mujer, las soluciones pueden ser el matrimonio, la muerte (o el suicidio), y en algunos casos la venganza.Cuando el tema es la seducción, si es de la mujer hacia el hombre puede suceder porque la mujer es malcasada, porque requiere una prueba de amor, porque sigue su impulso erótico o en raras ocasiones porque desea asesinarlo; si es del hombre hacia la mujer, en algunos casos la seducción se hace en contra de su voluntad y ella decide castigarlo o perdonarlo, y otras veces es seducida porque la quieren engañar.No cabe duda de que al representar un contexto particular en la historia, el romancero demuestra valores propios de su tiempo y espacio, normas y conductas que se intentan perpetuar o trasgredir: el hogar como espacio de la mujer, el matrimonio como algo sagrado, el problema del adulterio, la venganza, etc. Y en últimas, la tragedia del amor imposible o del amor triunfante e idealizado.[21] Se podría resumir el papel de la mujer en el romancero como protagonista de una tragedia en una situación límite, sumisa ante el caballero o controlándolo (la que tiene el poder e incluso se venga), simplemente no hay un espacio para el diálogo entre ambas partes.