Romance (narrativa)

El vocablo apareció en la Alta Edad Media, al evolucionar el latín de diferentes maneras en territorios del antiguo Imperio Romano; a las nuevas lenguas se aplicó un término genérico que las identificaba como miembros de una misma familia, como lingua romana (en el sentido de vulgar), mientras que a la lengua que se mantenía para la alta cultura se la llamó lingua latina, la lengua originaria del Lacio (Latium).

Los géneros más a la moda se desarrollaron en el sur de Francia a finales del siglo XII (materia de Francia) y se expandieron hacia el este y el Norte con traducciones e interpretaciones nacionales individuales.

El romance se desarrolló hasta clásicos como el Roman de la Rose, escrito primero en francés, y famoso hoy en inglés gracias a la traducción que hizo Geoffrey Chaucer.

Aun así necesitaba el libro escrito para preservar las formulaciones coincidentes que el autor había elegido.

Sólo podía florecer verdaderamente con la invención de la imprenta y con el papel convertido en un medio más barato.

Ambos logros llegaron en la segunda mitad del siglo XV, cuando el antiguo romance estaba ya enfrentándose en una dura competición con un buen número de géneros más breves; el más destacados de estos géneros era la novela, una forma que nació en el curso del siglo XIV.