Durante la Edad Media existen numerosos relatos de viajes azarosos y acciones inciertas con un considerable riesgo.
Pero también personajes reales fueron aventureros recordados, como el veneciano Marco Polo por las estepas asiáticas, el mercader veneciano Gaspero Balbi visitando el Oriente Medio hasta los actuales Emiratos Árabes Unidos, en búsqueda de perlas para comercializar, [5] o el chino Zheng He navegando por las costas del Sureste asiático, Cochinchina, Malaca, Siam, Java, Calcuta, Sri Lanka - además del Golfo Pérsico, África Oriental y Egipto.
Para Peter Mancall (2006) o Revuelta (1987, p. 51) las aventuras más genuinas se vivieron durante la Edad Moderna, en la llamada Era de los Descubrimientos.
Es con la llegada de la Edad Contemporánea cuando aparecen las aventuras por motivos científicos y en algunos casos por el propio ego.
Así están las exploraciones polares llevadas a cabo por el noruego Roald Amundsen, en especial la carrera librada contra el británico Robert Falcon Scott, o John Hanning Speke y Richard Francis Burtonpor entre muchos otros avanzando por el interior del aún desconocido continente africano.