Por lo demás, el fundador de Quito siguió su viaje hacia la actual Colombia, en donde se estableció y murió.
Tiempo después, el sucesor del presidente Recalde, Antonio de Morga, informó al Rey que las casas reales eran indignas de llevar ese apelativo, pues ya resultaban estrechas y muy viejas, por lo que propuso comprar las casas adyacentes al palacete original.
Por ello ordenó su refacción y remodelación en 1841 al arquitecto Teodoro Lavezzari, canciller de la Legación francesa en Quito, quien le confirió un aspecto neoclásico.
En las otras paredes se habían colocado retratos de los presidentes del siglo XIX, como Gabriel García Moreno, José María Urbina, Jerónimo Carrión y otros.
Para eventos con más público, como la posesión presidencial, se usaba también como sede legislativa el Teatro Nacional Sucre.
El mandatario ingresaba al Palacio por la escalinata sur, cuando Faustino Rayo, en conjunto con otros jóvenes quiteños, salió entre las columnas y procedió a atacarlo a machetazos;[1] García Moreno cayó mal herido del atrio del Palacio hacía la Plaza Grande y falleció más o menos treinta minutos después al pie del altar de nuestra Señora de los Dolores de la vecina Catedral Metropolitana.
[5] Una placa de piedra recuerda el lugar del crimen con la siguiente leyenda: Dios no muere.
En la cinta se puede ver el arribo del presidente Ayora a Palacio a bordo de una carroza tirada por caballos, que es escoltada por soldados del Ejército, pertenecientes al Batallón Yaguachi, que realiza la función de escolta presidencial.
Ahí entregan sus credenciales los embajadores de Estados Unidos, Argentina, Chile, Brasil, Panamá y Perú.
Además de las dependencias administrativas, en el tercer nivel del Palacio se encuentra la Residencia Presidencial.
En el asalto murieron soldados de ambos bandos y quedaron heridos varios civiles.
Bucaram fue evacuado del Palacio en una ambulancia por la Guardia Presidencial y enviado al exilio en Panamá.
El primer cuerpo de la fachada es de piedra andesita, y presenta diez cobachas o pequeñas tiendas cuyas puertas están rematadas por frontones triangulares y que albergaron desde el inicio a negocios particulares.
Una de las constantes en casi toda la edificación palaciega, en cuanto a materiales se refiere, es la madera.
La decoración se caracteriza por tener hexagonales alargados que enmarcan guirnaldas y en mascarones de evidente apariencia indígena.
Estas impiden ver desde el patio inferior a las galerías superiores, protegiendo la privacidad del Presidente y sus altos funcionarios.
El presidente Rafael Correa mandó a colocar la gran alfombra que se encuentra bajo la mesa, y que fue confeccionada por los artesanos de Guano (provinvia de Chimborazo) específicamente para este fin.
Un austero cuadro de plata y bronce, representando el rostro del Gral.
Eloy Alfaro, y una bandera del Ecuador en su pedestal son las únicas piezas que adornan este espacio.
Es oficialmente conocido como Gabinete del Secretario, aunque en épocas pasadas tuvo otros usos, inclusive el de recámara.
En el extremo occidental se pueden encontrar dos puertas: la izquierda lleva directamente al Salón Amarillo, mientras que la de la derecha conduce al antiguamente llamado Gabinete Calientaplatos, lugar en el que se encuentran las escaleras que llevan a la cocina y donde el servicio encargado de atender a los invitados dispone de un espacio para organizarse.
[8] El espacio fue diseñado por los hermanos Tejada, quienes son los artífices del artesonado del techo, modulado en planos hexagonales y geométricos y una marquetería de cedro que hacen referencia al periodo incásico del territorio ecuatoriano, específicamente el culto al dios Sol;[1] estos significativos apliques están enmarcado en pan de oro por el artista ecuatoriano Luis Villagómez.
Hasta la construcción del Palacio Legislativo, en 1960, el Congreso ecuatoriano funcionó en este lugar.
Existen fotografías del presidente José María Velasco Ibarra, en sus inicios como diputado, dando sus primeros discursos en ese salón, en donde se puede apreciar una especie de tarima para observar los debates.
Posee además una pequeña puerta lateral que le permite el acceso al Gran Balcón.
Ubicado en el ala norte existe un pequeño elevador que conduce al tercer piso del Palacio, donde se encuentra la Residencia Presidencial.
La Residencia fue construida durante el tercer mandato de José María Velasco Ibarra, para instalarse allí junto a su esposa, Corina del Parral.
Gracias a este sistema, se presenta en la actualidad la oportunidad de asignar a todos los regalos presidenciales su correspondiente valor cultural, histórico y/o etnográfico, ya que todos son objetos que representan y materializan costumbres, tradiciones, ideologías y pensamientos de los diferentes grupos étnicos ecuatorianos.
Durante el siglo XIX, el general Juan José Flores despachó y se atrincheró en su hacienda de La Elvira, en la provincia tropical de Los Ríos, cercana a Guayaquil, pero esta era una propiedad privada suya.
El presidente no precisó más detalles, pero la oposición aseguró que pretende "gobernar desde un cuartel" y gastar dinero en una obra "innecesaria", aunque las oficinas del Palacio están tugurizadas y la presencia de autos oficiales en las estrechas calles del Centro Histórico de Quito complican la circulación.