Se levanta a la memoria de los patriotas quiteños que iniciaron las luchas por la independencia en el Ecuador.
Quito declara desobediencia al poder español instaurado en Latinoamérica creando su propia junta de gobierno autónoma.
Muchos otros aspectos posteriores, como la designación de los diputados y las ideas republicanas que se consolidaron en Quito hasta 1812 muestran claramente el afán de emular a los revolucionarios franceses.
Desde Bogotá y Lima, los virreyes españoles despacharon con suma urgencia tropas para sofocar a la Junta Soberana.
En abril de 1894, el presidente Luis Cordero Crespo encarga el diseño de la obra al artista italiano Juan Bautista Minghetti, que había llegado a Ecuador con las misiones salesianas.
Se decide que los gastos de la obra correrán a cargo del pueblo ecuatoriano y se crea un fondo especial del 1% sobre las rentas de todas las municipalidades durante un quinquenio.
Tras cinco años, y ya habiéndose acumulado un fondo importante, el llamado Comité 10 de Agosto que se había formado para encargarse de concretar la construcción del monumento, resolvió buscar en Europa a los artistas más idóneos para darle forma, pues se consideraba que para entonces en Ecuador no se podía realizar una obra escultórica de esa magnitud.
Así, por medio del Cónsul de Ecuador en París se contactó a los mejores estatuarios.
Todo el monumento está ubicado sobre una plataforma base de piedra con una forma octogonal, con 3 escalones por cada lado y rodeada por ocho esferas que representan al mundo, unidas entre sí por pesadas cadenas de hierro.
Sobre esta primera plataforma se ubica otra, también octogonal y con tres escalones más.
El pedestal y la columna del monumento se levantan sobre esta segunda plataforma.Las culturas de la antigüedad mediterránea relacionaron a este animal con el poder y la realeza.
En la antigüedad se daba la bienvenida a los triunfadores batiendo estas grandes hojas sobre sus cabezas.
Es la escultura principal del conjunto, que remata todo el monumento y se convierte en el punto focal de la vista que se tiene desde todos los balcones y terrazas de los históricos edificios circundantes.
Es una esfera que representa al mundo, en ocasiones coronada por una cruz y a menudo rodeada por un anillo en su centro.
En la Roma antigua simbolizaban la autoridad de un cónsul para castigar y ejecutar.
Es la luz del conocimiento y la lógica, es decir de la razón que ilumina al mundo.