Eugenio Espejo

Debido a ello, fue perseguido y finalmente apresado antes de su muerte, causada por una disentería mientras se encontraba preso.

Ya en el siglo II, la Real Audiencia de Quito empezó a tener problemas económicos.

El escolasticismo, ya en decadencia en esa época, aún era enseñado, y los estudiantes pasaban la mayor parte de su tiempo en discusiones metafísicas.

Como resultado, los intelectuales quiteños, que en su mayoría eran clérigos, se expresaban con afectación y no tenían ideas nuevas.

La discriminación étnica estaba generalizada y la mayoría de las personas consideraba que la sociedad se dividía en estamentos, diferenciados entre sí por origen racial.

Debido a esto, la dignidad y honor de las personas podían ser vulnerados por prejuicios raciales.

Debido a que la pobreza iba en aumento, especialmente entre las personas más humildes, muchas mujeres se veían obligadas a encontrar rápidamente alojamiento en conventos; asimismo, los hombres se ordenaban como sacerdotes no por vocación, sino porque así resolvían sus problemas económicos y mejoraban su estatus social.

Aprendió sus primeras letras en casa de sus padres y luego, en una escuela católica para niños pobres.

Se instruyó a sí mismo en medicina trabajando junto con su padre en el Hospital de la Misericordia.

Luego de esto, no existe información sobre su paradero hasta 1778, cuando escribió un sermón relativamente polémico.

Esta obra como tal imitaba el estilo satírico de Luciano, y mostraba especial antipatía hacia los jesuitas.

Espejo con gusto aceptó el encargo porque quería ajustar cuentas con Barreto y otros ciudadanos de Riobamba, entre ellos José Miguel Vallejo, quienes lo habían entregado a las autoridades cuando intentó evadir la expedición de Requena al río Marañón.

Espejo se negó a este juego y fue arrestado, aunque al poco tiempo quedó libre por falta de pruebas.

[6]​ A Espejo no le quedó otra opción más que trabajar como bibliotecario en la Biblioteca Nacional.

Sin embargo, su deseo de leer todo indiscriminadamente en ocasiones le llevó a juicios apresurados que aparecían en sus manuscritos.

Por medio de sus escritos, Espejo quería educar a la gente y despertar en ella un espíritu rebelde.

Abrazó la causa de la igualdad entre indígenas y criollos, un ideal que fue ignorado en los futuros procesos independentistas.

En la primera, argumentaba que el monopolio dejaría a los trabajadores sin empleo, trayendo como consecuencia la pérdida de capital invertido en su cultivo.

Primero, argumentó que Barreto, supuesto autor del reporte, no era capaz de redactarlo.

En consecuencia, sugirió que su conducta era escandalosa, por sus excesos al recaudar los impuestos y por su hábito de contratar mujeres licenciosas usando fondos públicos.

Aparentemente, en esta obra Espejo no estaba tan enfocado en analizar el caso y defender al clero de Riobamba, como en atacar a sus enemigos personales.

Las enfermedades eran un mal constante en sus colonias, y los ayuntamientos erogaban recursos para traer médicos o equipos sanitarios desde otras regiones de América.

Como científico, Eugenio Espejo demostró su conocimiento sobre los últimos avances de la época sobre la materia en América y Europa.

Citando al médico inglés Thomas Sydenham, sugirió la construcción de una casa aislada en el campo para servir como hospital.

Carmina Rodríguez Hermoso afirma que “acabar con las viruelas es beneficioso porque es una manera de preservar la hermosura, cualidad muy estimable para el espíritu filosófico”.

Su reflexión trajo consigo los déficits que existían en el gobierno y la medicina poco capaz de Quito.

social y en cuanto a la recepción que tuvo durante su publicación en aquella época del siglo XVIII.

Esto se debe a que el contenido de "Las reflexiones" hace una fuerte crítica a la sociedad quiteña que permitió la llegada o entrada de la viruela y sarampión provocando una epidemia, a causa de la deplorable situación o condiciones sanitarias y la ignorancia de las personas que practicaban la medicina (Médicos, sacerdotes, frailes y curas), que se aprecia en las siguientes citas: "Pero no hay solo quejas sino también alabanzas: los jesuitas desterrados aprecian el gran valor del informe, personajes de valía defienden a Espejo y lo alimentan", "Conocido el informe del Dr. Espejo se desata la tormenta: se quejan los médicos por haberles dicho que se limiten a prescribir ojos de cangrejo y sangrías --algo así como si hoy se nos acusara a prescribir solo vitaminas y la extirpación del apéndice vermiforme--; se quejan amargamente las comunidades por haber escrito que los conventos de Quitos son focos de infección", "El cabildo llama a Espejo y le propone que, dado lo valioso de su informe, suprima en el manuscrito las injurias y ciertos detalles que lastiman personajes e instituciones respetables, Espejo no cede: la verdad ante todo, no le importan los resentidos".

Debido a la persecución que sufrió Espejo solamente se lograron crear siete publicaciones.

[1] La doctrina eclesiástica, la cual se encarga de censurar cualquier conocimiento que fuese contra lo establecido por su ideología o pensamiento subversivo.

Representación en cera de Eugenio (centro) junto a su hermana Manuela , en el Museo Alberto Mena Caamaño .
Hospital Eugenio Espejo de Quito, uno de los más importantes del país. Nombrado en honor al médico prócer.
Espejo, en un billete de 500 sucres.
Busto de Eugenio Espejo , Casa de la Cultura Ecuatoriana (Quito).
Detalle de Eugenio Espejo en pintura "José García de León y Pizarro visita el Hospital San Juan de Dios"
Manuscrito de las Reflexiones acerca de un método para preservar a los pueblos de las viruelas .