María Micaela Chiriboga y Villavicencio (Riobamba, c.1761 - desconocido) fue una ecuatoriana de clase alta, es conocida por el juicio contra Eugenio Espejo en 1787 por injurias graves a causa de su texto "Cartas riobambenses".
Nació en Riobamba en 1761, fue hija del doctor José Chiriboga y de Josefa Teresa Villavicencio Guerrero;[1] se casó con el Capitán de Milicias don Ciro de Vida y Torres en 1781[2] y desde 1782 inició una relación amorosa con el Teniente Ignacio Barreto.
[3] Eugenio Espejo publicó su obra Representación de los curas de Riobamba en defensa de los sacerdotes que eran acusados por José Miguel Vallejo e Ignacio Barreto de malgastar el dinero de la provincia en festejos; [4] el texto ocasionó varias querellas y polémicas, Espejo se alteró y desde el 7 de marzo de 1787 sacó 10 artículos titulados Cartas Riobambenses, en este texto él denunció varios desmanes e intimidades de Berdardo Darquea, Vallejo y Barreto, también incluyó la relación clandestina que este último tenía con María Chiriboga: [5] En estas cartas Eugenio Espejo satirizó la vida de María Chiriboga, le dio el seudónimo de Madamita Monteverde, mostrando a una mujer de dudosa reputación y honra mancillada: [6], y con este apodo él describe así al Teniente Barreto y el deseo que siente por él, su amante[7] A consecuencia de las cartas, María Chiriboga y Villavicencio enjuició en 1787 a Eugenio de Santa Cruz y Espejo acusándolo de injuriar gravemente a su padre José Chiriboga y a ella; testificaron 30 personas en defensa de los Chiriboga, la mayoría eran parientes y amigos de la acusadora.
[4] El juicio duró tres años, en aquella época provocó escándalo en Riobamba, Quito y en el Virreinato de Santa Fe, el proceso concluyó en 1790.
[8]