Miguel nació en 1717, el segundo de nueve hijos, y cuando tenía 16 años quedó huérfano.
Sin embargo, cuando tenía 21 años, su madre murió, y se vio forzado nuevamente a administrar las propiedades familiares.
En Europa permaneció por treinta y seis años donde colaboró con Olavide para colonizar la Sierra Morena.
Durante su primera estancia en Europa conoció a Denis Diderot y le ofreció dar datos biográficos de Pablo de Olavide para el libro que estaba escribiendo titulado "Correspondence litteraire".
Olavide fue nombrado director del nuevo hospicio creado en Madrid para encerrar a las personas sospechosas de haber participado en los últimos disturbios.
Esto no duraría mucho ya que Olavide destacaría en su rol y sería designado como superintendente de las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena y escogió a Jijón como colaborador para ser el subdelegado general en las colonias.
Además había recibido las felicitaciones del Consejo de Castilla, sin embargo esto no bastó.
Posteriormente Olavide con quien siguió manteniendo relaciones amistosas continuaría hasta su desgracia en 1776 insistiendo para que Jijón recibiese la recompensa por los servicios prestados.
Tomando como ejemplo a Francia propuso el uso del termómetro para criar gusanos de seda, basándose en cuatro puntos importantes, a saber:[7] Además del discurso donde propuso esto, también se refirió a sus ensayos y resultados que había obtenido en su villa en Torrox en la costa de Granada como evidencia de su propuesta.
Sobre cómo calcular sus costes, Dabout, otro miembro de la Sociedad complementaría días más tarde.
Buscaba que España emulase a estos países y sacase provecho de sus territorios en América.
Termina por último, hablando sobre la posibilidad de construir un Canal en Panamá para mejorar el comercio.
Cuando fue a París, vivió allá por tres años admirando el progreso de Francia al afirmar que "si las artes y manufacturas estuviesen establecidas en mi país, hubieran dado muchísimo alivio a mis compatriotas".
Aquí se habla sobre Jijón y sobre todo la biblioteca que estaba reuniendo, sobre la cual se dijo que era "una biblioteca encerrada en cajas de plomo y esas cajas en otras de madera fuerte, y después, todo se enterrará de manera que si, después de alguna gran catástrofe y en siglos de barbarie que llama el afelio del espíritu humano, ese tesoro se descubre, podrá volver a acelerar el movimiento del espíritu humano, para conducirlo con la mayor rapidez hasta cualquier perihelio".
Esto sería la materialización del ideal que Diderot expondría en el Prefacio del tomo VIII de la Enciclopedia que ante cualquier revolución, si se conserva un solo ejemplar completo de nuestra obra, nada estará perdido.
Abordó un año más tarde en Cádiz la fragata El Diamante con destino a Cartagena de Indias.
Llevó a bordo una amplia lista de libros que conformaba ya una biblioteca.
Habiendo llegado, se fundó la Sociedad Patriótica de Amigos del País y contó con su participación.
En esos años había establecido el rey por primera vez la lotería, en la península, Jijón consiguió traerlas a la Real Audiencia también.
Por esta razón, de los siete números que publicó, cuatro tenían como temática la economía.
En 1790 tuvo que presentarse ante el Tribunal de Lima, caso contrario le aprehenderían.
[5] Existe además sospechas de que la Inquisición lo había vigilado desde hacia mucho tiempo atrás puesto que él había vivido en países protestantes (un hipotético viaje a Países Bajos), además había ayudado a Olavide en su proceso inquisitorial y por último tenía una costumbre de afirmar sus opiniones libremente sobre progreso, moralidad, y el éxito que estaban teniendo las otras monarquías que adelantaban a la Española durante ese siglo.
El camino era difícil y ya contaba con 73 años de edad lo que desgastó su salud.
Durmió algunas noches en esa ciudad hasta embarcarse rumbo a Europa, sin embargo un día mientras estaba leyendo, se quedó dormido y la vela que alumbraba se dobló e incendió el mosquitero, lo después esparció el fuego al resto de la casa.
Su influencia en la península le permitió colaborar con el rey Carlos III y entablar amistad con los enciclopedistas franceses.
En Jijón se puede ver un esfuerzo continuo por lograr el desarrollo económico tanto en su trabajo en España como en la Real Audiencia.
Tampoco se puede olvidar, sin embargo que durante su época la esclavitud era aún legal y propuso traer más esclavos para aumentar la mano de obra necesaria que se veía mermada por las enfermedades.
[13] Sus escritos no están consolidados en un solo libro y más bien los hizo en memorias, es decir ensayos específicos sobre como aplicar posibles soluciones a problemas particulares:[5][3]