Un investigador (del latín investigātor, a su vez derivado de vestīgium: «huella» o «resto») es alguien que lleva a cabo, es decir, que lleva adelante un proyecto orientado a la búsqueda de conocimiento y al esclarecimiento de hechos y de relaciones.
En un principio, la investigación no se consideraba una verdadera profesión u ocupación, sino que era un simple calificativo o mero adjetivo.
Con Francis Bacon en el siglo XVII, Occidente comienza a tomar conciencia del interés económico y político de la investigación organizada y sistematizada.
Los trabajos específicos de investigación científica, financiados por el propio Estado o por empresas privadas, surgen sin embargo algo más tarde, en el siglo XIX, y se desarrollan con fuerza en el siglo XX.
En siglos anteriores, la investigación científica era una actividad anexa a una profesión principal, por ejemplo, anexa a la actividad del educador o del ingeniero.