Detective es un término de origen inglés, que literalmente significa detectar un hecho, descubrir, revelar, investigar, desenmascarar o aclarar circunstancias así como personas con ellas involucradas.
[2][3] En la ficción, en el cine[4] o en la literatura,[5] la figura del detective se asocia a la persona que resuelve crímenes.
Existen unas 4.000 licencias o TIP (Tarjeta de Identidad Profesional) expedidas, sin embargo, se calcula que menos del 50 % ejercen esta profesión en la actualidad.
El Ministério do Trabalho e Emprego (MTE), califica al detective particular a través del CBO 3518-05 - DETETIVE PROFISSIONAL, por lo que en Brasil la profesión está legalmente constituida y reconocida.
La registración o colegiación, según decisión del Supremo Tribunal Federal, no es obligatoria, pero se suele hacer en forma voluntaria, pues sirve como punto de referencia para los profesionales.