Mujeres en la arquitectura

Las mujeres han participado en la arquitectura de manera activa durante muchos siglos, ya sea como profesionales, practicantes, educadoras o clientes.

[8]​ También las tuareg del Aïr levantan las tiendas o jaimas, como así también las mujeres beduinas de Oriente Próximo y el Magreb.

En cuanto a las viviendas estacionales, ocupadas por varios meses, se destaca la construcción de las moradas masái en Kenia y Tanzania.

[26]​ Otra pionera fue Katharine Cotheal Budd (1860-1951) estudió arte y diseño en la William Merritt Chase's Shinnecock School en Long Island.

[29]​ Theodate Pope Riddle (1868-1946) creció en Farmington, Connecticut, donde contrató miembros de la facultad para que la asesoraran en arquitectura.

Sus primeros diseños, como Hill-Stead (1901), fueron transformados a planos por la firma McKim, Mead & White, que la proveyó de conocimiento arquitectónico.

En 1901, junto con su amiga Lillian Palmer, se mudó a San Francisco, donde estudió diseño en la California High School of Mechanical Arts.

Una de sus edificaciones más reconocidas fue el Teatro Tribüne, en Charlottenburg-Wilmersdorf, que originalmente era una escuela para niñas.

Si bien la enseñanza de la arquitectura ya se había institucionalizado en Estados Unidos en 1857, las mujeres no podían estudiar.

[40]​ Al año siguiente de su graduación, Margaret Hicks se convirtió en la segunda mujer arquitecta estadounidense, logrando su título en la Universidad Cornell.

[42]​ Mary Rockwell Hook (1877-1978), de Kansas, también asistió a la École des Beaux-Arts, donde también fue discriminada por ser mujer, pero se graduó con éxito en 1906.

El registro más antiguo pertenece a Signe Hornborg (1862-1916), quien asistió al Helsinki Polytechnic Institute desde la primavera de 1888 hasta graduarse como arquitecta en 1890 «por permiso especial».

[53]​ Lönn (1872-1966), quien asistió al instituto desde 1893 hasta 1896, tuvo el honor de ser la primera mujer que trabajó independientemente como arquitecta en Finlandia.

Con excelentes resultados, fue aceptada para matricularse como estudiante regular el siguiente año e inició su carrera en arquitectura en 1894.

Por ser mujer, le fue imposible adquirir el cargo ministerial que deseaba, pero se convirtió en arquitecto líder en la municipalidad de Belgrado.

[60]​ También en 1904, se graduó Kate Beath en la Canterbury College School of Art en Christchurch, posiblemente la primera arquitecta de Nueva Zelanda.

Después dio clases en la Glasgow School of Art, y estableció su despacho en 1920, especializándose en diseño de cocinas.

La primera mujer que diseñó un edificio público fue Elisabeth Scott (1898-1972), autora del Shakespeare Memorial Theatre, en Stratford-upon-Avon, terminado en 1932.

Maria José Marques da Silva (1914-1996) fue la segunda y se asoció con su esposo, David Moreira, para completar varios edificios en la ciudad de Oporto.

[81]​ Las mujeres participaron en obras señeras del Movimiento Moderno, pero sus aportes no han sido suficientemente reconocidos.

Mostró gran interés por la vivienda social, terreno al que trató de llevar las propuestas del Funcionalismo.

Poco a poco tuvo un papel más importante en la firma —a la que se le cambió el nombre a Venturi, Scott Brown and Associates, en 1989—, dirigiendo proyectos de planificación y estudios cívicos y colaborando con Venturi en los proyectos más grandes de la firma.

Sin embargo, rara vez se le atribuyó mérito por su trabajo, actitud de la cual manifestó malestar.

[10]​ Denise Scott Brown también reveló su opinión acerca de esta situación en un capítulo del libro Gender Space Architecture.

Otros casos notables son: Otras arquitectas desarrollaron su profesión de manera independiente o liderando equipos.

La arquitecta Lene Tranberg (nacida en 1956) ha sido la clave del éxito; sus proyectos incluyen el Royal Danish Playhouse (2008) y la Tietgenkollegiet (2005).

Susan Lawrence Dana, heredera de una fortuna minera, optó en 1902 por construir su casa en Springfield, Illinois, diseñada por Frank Lloyd Wright, para garantizar su reconocimiento en el medio.

Las mujeres también han desempeñado un gran papel en la preservación histórica, a través de organizaciones como Daughters of the American Revolution (1890).

[126]​ Existe la iniciativa de RebelArchitette, arquitectas activistras italianas, quienes buscan mapear y visibilizar algunos despachos lideraros por mujeres al 2021.

En 2003, un estudio de la aia encontró que las mujeres representaban el 27 % del personal en empresas dedicadas a la arquitectura.

Nora Stanton Barney y Rhoda Jenkins