Durante la II Guerra Mundial, enfrentó un período de pocos encargos, y su estudio resultó destruido en 1943 tras un bombardeo aéreo.
Él, en ese período, participó de la resistencia a la ocupación alemana como miembro del Partido Comunista Italiano.
[2] En 1946, tras la guerra, se casó con el periodista Pietro Maria Bardi, con quien decidió emigrar a Brasil, país del cual obtuvo la ciudadanía en 1951.
En Brasil, Bo Bardi expandió sus ideas influida por una cultura reciente y desbordante, diferente de la situación europea.
Pietro Bardi recibió el encargo de un museo desde São Paulo, ciudad en que estableció la pareja su residencia definitiva.
[8] Sin embargo, ella quería contextualizar este estilo moderno en el tejido de Brasil.
En la casa, hay zonas asignadas a diferentes funciones: un comedor, una biblioteca y una sala de estar alrededor de la chimenea independiente, pero todas están unificadas por las vistas del bosque a través del vidrio.
Solo la cocina cruza la brecha, un territorio compartido por los sirvientes y equipado con una variedad de dispositivos bien diseñados para ahorrar trabajo.
El diseño del museo refleja la cultura en Salvador, pero también la practicidad y belleza de la región.
Su objetivo era restaurar los edificios existentes de una manera que no cediera a la nostalgia ni ignorara el contexto.
Para hacer esto, dejó intacto el exterior colonial y agregó la escalera moderna.
Cuando el museo se abrió ofrecía muchas clases que educaban a los lugareños en arte e historia.
[14] Se cree que SESC Pompéia manifiesta un nuevo lenguaje arquitectónico controlado por la cultura brasileña.
[17] Debido a la dictadura militar, Bo Bardi había sido condenado al ostracismo por una perspectiva arquitectónica convencional.
Ella creía que "cultura" es un término fuerte y puede obligar a las personas a celebrar eventos culturales, y el término "deportivo" puede tener una tendencia perjudicial hacia una cultura que ya es competitiva por naturaleza.
Se le encargó convertir un edificio de oficinas quemado en São Paulo en un teatro.
Bo Bardi diseñó el nuevo espacio formado casi completamente de andamios pintados.
El teatro no tiene asientos convencionales, lo que conduce a malas líneas de visión.
[20] Su aportación a la teoría de la arquitectura fue clave con el texto Contribución Propedeutica ao Ensino da Teoria da Arquitetura (1957), un alegato humanista en defensa de una arquitectura culta y ecológica, basada en los avances técnicos.