El objetivo principal era apoyarse mutuamente y contactar otras estudiantes de arquitectura.
En 1922, debido al interés del colectivo femenino de estudiantes de otras Universidades, la organización se transformó en una asociación nacional, conocida como Alfa Alfa Gamma.
Paulatinamente se afiliaron más ciudades norteamericanas con muy buenos resultados: becas, exhibiciones, orientación vocacional y profesional tuvieron un impacto positivo en la “valoración del rol de la mujer en la Arquitectura”.
[1] Ya en 1930 Steinmesch alertó, durante una convención anual, que “la pérdida de información importante era un tema del cual ocuparse”.
Schaefer Horton, reúne biografías de mujeres que desarrollaron su profesión en California.