Hôtel de Rambouillet

No dudó en reconstruir el palacete (hôtel) de su padre basándose en planos que ella misma diseñó, con el objetivo de que tuviese habitaciones más preparadas para las recepciones, destacando una sucesión de salones comunicados al estilo italiano.

Desde la "callejuela" (ruelle) de su "sala azul",[1]​ "Arthénice" recibía recostada en un lecho (tal y como era costumbre recibir en el siglo XVII) a las mentes más ilustres de su época, como el Chevalier Marin (Cavaliere Marino), inteligente histrión, y también a gentes de letras y a los grandes personajes de su época: Richelieu, Malherbe, Vaugelas, Guez de Balzac, Racan, Vincent Voiture serán habituales.

"Allí se habla con sapiencia, pero también razonablemente y no hay lugar en el mundo en el que haya más sentido común y menos galantería" escribió Jean Chapelain refiriéndose al hôtel de Rambouillet.

No se trataba, pues, de una sociedad de pedantes y las diversiones adoptaban con frecuencia un tinte intelectual.

A pesar de que Molière ridiculizara a las preciosas en Las preciosas ridículas, (pero no a los miembros de este salón), es claro que el hôtel de Rambouillet desempeñó un enorme papel en la génesis de la novela moderna en Francia.

Hotel de Rambouillet, Francois Hippolyte Debon