Masái

Los masáis[1]​[2]​ son un pueblo, estimado en unas 850.000 personas, que vive en Kenia meridional y en Tanzania septentrional.

La mayoría de los masáis mantienen su religión tradicional, aunque en los últimos años algunos se han convertido al cristianismo.

Su vida cultural está llena de celebraciones, que empiezan con el nacimiento.

Después de la circuncisión, los chicos acontecen hombres y guerreros menores.

Hoy se ha perdido la tradición porque los leones son considerados especie protegida.

El sistema político maasái es descentralizado; se convocan reuniones de ancianos y discusiones públicas para decidir sobre los asuntos más generales.

Aun así, usan el suajili como lengua oficial Viven en poblados llamados enkang, formados por casas en forma de iglú que no superan el metro y medio de altura, denominadas bomas.

El poblado está protegido por una valla hecha de troncos y ramas.

El tiempo que les sobra, lo utilizan en hacer collares y adornos con perlas de colores.

A los moran, les está prohibido, por tradición, beber alcohol o inhalar tabaco por la nariz.

El principal motivo porque creen en este dios es porque les trae lluvias.

Aun así, a veces los cadáveres de grandes personas son enterrados en una tumba a poca profundidad, con la cabeza inclinada hacia la casa, depositando en su lado hierba, un bastón y unas sandalias nuevas.

Como que se cree que una casa queda contaminada si adentro muere una persona, los enfermos que se han echado de casa son expulsados de la tribu y quedan en medio del campo para ser devorados por las hienas, aunque estén plenamente conscientes.

Los hombres, por su parte, tienen la costumbre de ir siempre con un palo que los sirve para asustar a los animales si les molestan, o para apoyarse.

Acostumbran a vestir una tela anudada sobre los hombros de vivos colores, generalmente roja y con diseños geométricos, sobre otras piezas de ropa.

Coleccionan un gran número de danzas rituales y cánticos, que efectúan frente a los turistas a cambio de dinero y otros beneficios económicos.

El sistema político masái está descentralizado; realizan reuniones de ancianos y discusiones públicas para decidir sobre los asuntos más generales.

Algunos de sus representantes han sido vistos en reuniones democráticas en la capital, Nairobi, vistiendo traje, y algunos de los jóvenes acostumbran a jugar al billar y ver la televisión en aldeas cercanas donde no siempre son bien recibidos debido a las diferencias culturales.

A causa de un primer contrato en 1904[5]​ y un segundo en 1911, las tierras masái en Kenia se redujeron en un 60 %, cuando los británicos los expulsaron para dar tierra a los ranchos de colonos.

[6]​ Posteriormente los recluyeron en los distritos que hoy son Kajiado y Narok.

Muchos masái empezaron a cultivar maíz y otros productos, una práctica con una connotación culturalmente negativa.

Para sobrevivir se han visto obligados a participar en la economía monetaria de Tanzania.

Han tenido que vender sus animales y su medicina tradicional para obtener comida.

Mujeres masáis reparando una casa a finales del siglo XX
Mujer masái con tocado y vestido tradicional.
Extensión del idioma masái
Mapa lingüístico mostrando la extensión del masái