Pabellón auricular

En cambio, el pabellón auricular humano es mucho menos móvil; pero no carece totalmente de movimiento, pues no se posee control voluntario de los músculos sobre su orientación.

A medida que el ser humano envejece, las orejas continúan su crecimiento, el lóbulo cae por gravedad tomando mayores proporciones y el acceso al canal auditivo, el trago y el antitrago adquieren mayor pilosidad.

Sin la existencia de esta estructura helicoidal, que como un embudo canaliza el sonido, las ondas frontales llegarían al oído de forma tangencial y el proceso de audición resultaría menos eficaz, pues gran parte del sonido se perdería: El pabellón tiene esa forma porque le permite captar y dirigir las ondas sonoras hacia el oído medio donde se encuentra el tímpano Las partes de una oreja son: La oreja entre los antiguos politeístas estaba consagrada a Mnemosina por cuya razón le ofrecían algunas orejas de plata.

Si el zumbido se sentía en la oreja derecha, era un amigo el que hablaba de ellos y si en la izquierda, un enemigo.

[2]​ No existen dos individuos con las orejas exactamente iguales, varían en tamaño y forma ya sea siendo pequeñas o decididamente predominantes en la cabeza.