Métodos usados en el estudio de la historia del arte
[2] La historia del arte comienza, tras numerosas fases previas que se remontan a la Antigüedad, con las Vidas de Giorgio Vasari (1.ª ed.Con todos estos elementos Giorgio Vasari construyó un nuevo modelo historiográfico de enorme difusión y longevidad.Puede ser un proceso complejo que implica la investigación, el análisis comparativo y la consideración de múltiples factores.Esto implica un proceso de investigación minucioso y razonamiento crítico para llegar a una conclusión respaldada por evidencia sólida.Uno de los primeros en razonar sobre este método será el sienés Giulio Mancini (1558-1630) médico personal del Papa Urbano VIII en 1623.[11] Fuera del ámbito italiano destacan las innovaciones introducidas en el método atribucionista por Bernard Berensson (1865-1959), investigador americano estrechamente vinculado con coleccionistas y galeristas.De ese modo, detalles considerados habitualmente sin importancia, o directamente triviales, vulgares, suministraban la clave para acceder a los productos más elevados del espíritu humano[20].En el siglo XIX surgen los métodos filológicos de la historia del arte como reacción al pensamiento positivista.[23] Según Julius von Schlosser, el inicio de la Historia del Arte debería situarse varios siglos más atrás.Aunque reconoce que sus escritos no encajan en la definición moderna de Historia del Arte, su relevancia desde diversas perspectivas es tal que resulta indispensable incluir a esos nombres griegos y latinos (como Jenócrates, Pasísteles, Plinio el Viejo, Pausanias y los Filóstratos) como importantes precursores en la Historia del Arte.Además, ha sido esencial en la datación y catalogación de obras, proporcionando una base sólida para su valoración estética e histórica.Con ello, de las tendencias historiográficas del arte, Warburg bautizó una que ha tenido grandes repercusiones en el curso del siglo XX, convirtiéndola prácticamente en una ciencia auxiliar, y cerró el breve periodo decimonónico que había comenzado a interesarse por la iconografía.Todo esto sumado a graves problemas financieros, una notable falta de apoyo institucional y duras críticas académicas por sus controvertidos enfoques han hecho que cayera en el olvido.Algunos estudiosos dicen que colaboró con su marido en sus principales obras; Dora reunía el material de investigación y Panofsky lo ponía en orden dando lugar a obras tan relevantes para la iconografía como “Pandora Box: The Changing Aspect of a Mythical Symbol" (1956).Su labor en el Instituto de Warburg se puede dividir en tres puntos: En definitiva, pese a haber quedado en un segundo plano haciendo tareas consideradas “femeninas” como era la catalogación, todas fueron grandes intelectuales que tuvieron aportaciones muy significativas.En ella, nuevos teóricos plantearían métodos innovadores que encajasen con el recién surgido arte de las vanguardias.Por tanto, la “metodología feminista” consiste en sacar partido de los recursos del método histórico para tratar cuestiones concretas.Temas actuales y reivindicativos como las cuestiones de género, raza, sexualidad o identidad postcolonial, encuentran su lugar en la cultura visual.Los primeros usos de este término se le atribuye a Michael Baxandall y Svetlana Alpers; Baxandall, como historiador social, busca un método para encajar la producción del arte en el tejido social; Svetlana Alpers democratiza la imagen, igualando toda producción en contra la concepción de “lo real”[64] otorgada a las obras maestras.Si bien es cierto, estas cuestiones, como comprenderemos más adelante, causaron grandes problemáticas al no lograr abordar tal cantidad de límites imprecisos.En su ensayo La mirada en el campo expandido, Norman Bryson apuntaba hacia una reformulación radical de nuestro pensamiento sobre la visualidad, así como ya lo determinaba Hal Foster y William John Thomas Mitchell.William John Thomas Mitchell tras incorporar en la Universidad de Chicago cursos dedicados al estudio por la Cultura Visual, publica su libro Picture Theory.Sin embargo, Mitchell sostiene que no todo puede ser reducido a lenguaje, signo o discurso.[60] Los Estudios Visuales funcionan como complemento de dos disciplinas ya establecidas desde el siglo XIX: la Historia del Arte y la Estética.[76] Algo similar en cuanto a contradicciones y debates ocurre la publicación en la revista Journal of Visual Culture, “Visual Essentialism and the Object of Visual Culture”, de 2003, en el que algunos autores, como el ya mencionado Mitchell, apuestan por la multidisciplinariedad y cuestionan que se le puedan poner límites a los estudios visuales, mientras que Mieke Bal realiza un estado de la cuestión en una orientación constructiva, con el fin de evitar que la disciplina entre en un proceso degenerativo, diferenciándose de otros discursos e interpretaciones, en otras palabras, consagrarla como algo “puro”.[76] En el caso español, aun hoy en día no existe una cátedra de estudios visuales definida en sí misma.En este caso, sucede lo contrario: elocuentemente no se reivindica la máquina, sino que ésta siempre acabará sometida al plano natural.Claramente nos habla de una tono absolutamente humorístico al estar implícita la negación del propio mensaje que ha sido un desfase cultural, generacional, o simplemente tedioso.Este meme, obviamente tuvo muchos usos ideológicos, políticos, así como económicos que se transmitían por las redes.Sienra Chaves refleja la siguiente cita: La definición de aquello “importante” sitúa al mismo tiempo —en tanto se desmarca de— “lo irrelevante”, operación que involucra una dimensión ideológica, más o menos consciente, manifiesta en las preferencias y elecciones.