De sus estudios sobre arte, destaca su Storia Pittorica dell'Italia, cuya primera parte (1792) trata sobre los pintores florentinos, sieneses, romanos y napolitanos.
Sobre arqueología e historia antigua, sus obras más importantes fueron Saggio di lingua Etrusca (1789), Saggio delle lingue d'Italia (1806) y Dei vasi antichi dipinti volgarmente chiamati Etruschi (1806).
Cursada la teología en Roma (1759-1763), enseñó humanidades en Fabriano (1763-1764), hizo la tercera probación, y enseñó retórica a los escolares jesuitas de San Andrés del Quirinal de Roma (1765-1772).
En ella, sostiene el parentesco de la lengua etrusca con la forma más antigua del griego.
Su interés por la pintura lo llevó a viajar por Italia, recogiendo material para su Storia pittorica dell'Italia.