El historiador Heródoto opinaba que esta guerra había sido la causa originaria de las enemistades entre persas y griegos.
Por otra parte, los romanos se consideraban descendientes de los troyanos que consiguieron sobrevivir a la guerra.
Peleo y Tetis tuvieron un hijo llamado Aquiles quien, según otra profecía, moriría joven en Troya.
Juntos embarcaron rumbo a Troya, donde llegaron tras una larga travesía en la que pasaron por Fenicia y Chipre.
Palamedes fue más listo que él y puso a su hijo Telémaco delante del arado.
Su madre Tetis, sabiendo que Aquiles moriría si iba a Troya, lo disfrazó de mujer en la corte del rey Licomedes en Esciro.
Odiseo descubrió a Aquiles entre las mujeres y consiguió así que participara en la expedición.
[11] Por otra parte, cuando los griegos trataron de conseguir que el rey Cíniras de Chipre se uniera a la alianza, este envió una coraza como regalo a Agamenón y además prometió que enviaría cincuenta naves.
Sin embargo, solo envió una nave real, mientras las otras cuarenta y nueve eran simplemente modelos de arcilla.
La herida se infectó y desprendía un gran hedor; entonces Odiseo, por orden de Agamenón, lo dejó abandonado en Lemnos.
Entre otros, Aquiles mató a un hijo de Poseidón, Cicno, que luchaba en el bando troyano.
Cicno era invulnerable a las armas y Aquiles lo mató estrangulándolo o golpeándolo con una piedra.
Los siguientes días los griegos fueron duramente castigados en la batalla y los principales guerreros, salvo Áyax, fueron heridos gravemente.
Los troyanos, capitaneados por Héctor, avanzaban sin parar sobre las posiciones griegas llegando incluso hasta las naves, las cuales comenzaron a prender fuego; lo hubiesen logrado a no ser por la resistencia de Áyax y la llegada de Patroclo.
En vista del peligro, Aquiles había dejado que su compañero Patroclo llevase su armadura y encabezase las tropas en la batalla.
Sin embargo, Héctor dio muerte a Patroclo y se quedó con la armadura de Aquiles tras una ardua batalla que se había desencadenado alrededor del cuerpo sin vida de Patroclo.
Casandra fue ultrajada por Áyax el Menor o arrastrada por este mientras ella se hallaba agarrada a la estatua de Atenea.
Luego, lideró a un grupo de troyanos que se asentaron en las costas del Adriático creando una nueva Troya.
Allí se habría casado con Deidamía, madre de Neoptólemo[38] o, cuando este murió, con Andrómaca.
[39] Eneas lideró un grupo de supervivientes, incluyendo a su hijo Ascanio, el trompetero Miseno, su padre Anquises y al médico Yápige.
Finalmente los dioses les ordenaron continuar (Dido se suicidó), y llegaron a Italia.
Aquí una profetisa le llevó al inframundo y predijo la grandeza de Roma, que sería fundada por su gente.
Negoció un asentamiento con el rey local Latino, y se casó con su hija Lavinia.
Esto desencadenó una guerra con otras tribus locales, pero finalmente se fundó el asentamiento de Lavinio.
Trescientos años después, según el mito romano, sus descendientes Rómulo y Remo fundaron Roma.
[41] Solo unos pocos de los aqueos llegaron felizmente a su patria; algunos sufrieron grandes penalidades o fueron expulsados de sus reinos al llegar; otros naufragaron y otros navegaron errantes durante un tiempo hasta diferentes lugares del Mediterráneo como el sur de Anatolia, Libia, Tracia, Italia, Sicilia, Chipre y otras islas, donde se establecieron y fundaron ciudades.
Cuando llegó a Ítaca muchos pretendientes al trono que lo creían muerto entablaron una batalla contra Odiseo.
Posiblemente como venganza por la muerte de Ifigenia, Clitemnestra se conjuró con su amante para matar a Agamenón.
El hijo de Agamenón, Orestes, que había estado lejos, regresó y conspiró con su hermana Electra para vengar a su padre.
Orestes se casó con Hermíone y retomó Micenas, convirtiéndose en rey de todo el Peloponeso.