Al día siguiente, una hija de Néstor, Policasta,[3] bañó a Telémaco.También Menelao lo recibió amablemente, y le comunicó la profecía de Proteo sobre Odiseo: que estaba siendo retenido contra su voluntad por la ninfa Calipso, quien lo amaba.Sin embargo, Atenea había transformado a Odiseo en mendigo, así que Telémaco no reconoció a su padre sino más tarde, al revelarle este su identidad.[5] En las tradiciones posteriores a Homero, se recoge que, cuando Odiseo fingía imbecilidad, para no ir a la guerra de Troya, Palamedes puso al pequeño Telémaco ante el arado con el que se afanaba Odiseo en surcar la playa y sembrar sal.Odiseo interrumpió su tarea para no matar al chiquillo y de este modo se descubrió el engaño.