Se enmarcan estas representaciones en lo que ha venido a llamarse Arte sureño, término que engloba gran cantidad de estilos desde el figurativo del Paleolítico hasta un refinado estilo esquemático interpretado como de la Edad del Bronce final.
Estos hallazgos no permiten hablar de ninguna manera de asentamientos en la ciudad ya que no se ha localizado ninguna construcción anterior al siglo I pero queda comprobado que el ser humano pobló estas zonas desde muy temprano.
La arqueología actual utiliza los patrones de asentamiento fenicio-púnicos, tremendamente constantes para localizar nuevos emplazamientos.
De esta manera casi sin excepción se buscaba un promontorio cercano a la costa, fácilmente defendible por tierra y por mar y con agua corriente cercana, hoy día las excavaciones en lugares que reúnan estas características han aportado numerosos yacimientos ignorados por las fuentes escritas.
[7] Combinando las fuentes clásicas[8] y el registro arqueológico se han localizado un total de tres asentamientos romanos en la ciudad.
Los bizantinos se mantienen en la región hasta 622, año en el que vuelven a controlar la zona los visigodos.
Una vez terminada esta supo Balch que sus nobles no habían sido bien tratados durante su reclusión en la ciudad y marchó hacia Córdoba donde mató al emir.
En 755 llegó a al-Ándalus el príncipe omeya Abderramán para proclamarse emir independiente del país.
En algún momento no identificado por las fuentes del año 859 tropas vikingas a bordo de 62 drakkars al mando de los caudillos Hasting y Björn Ragnarsson asediaron la ciudad durante tres días y la asaltaron.
Aunque desde Córdoba se nombraban gobernadores fieles al emirato en la ciudad en los castillos de la sierra las insurrecciones eran constantes.
[21] Almanzor organizó un vasto ejército con el que se dedicó a atacar plazas castellanas bien para recuperar territorio perdido o bien para conseguir botín con los que financiar los carísimos proyectos de Córdoba.
El reinado de los almorávides nunca fue popular y los algecireños entregaron la ciudad a los almohades en 1147 por descontento con sus anteriores gobernantes.
A mediados del siglo XIII se fundó el reino nazarí de Granada que abarcaba desde Almería hasta Algeciras.
Ante el avance castellano, los granadinos pidieron ayuda a los benimerines del norte de África que desembarcaron en Algeciras en 1275 con 17 000 caballeros.
[26] Ante la amenaza meriní en 1278 Alfonso X llegó a la ciudad con la intención de tomarla.
[27] Bloqueó su puerto y ordenó al infante don Pedro que hiciera lo mismo por tierra.
Viendo Yusuf que desde el lugar donde se habían asentado los cristianos se podría hacer mucho daño a la ciudad en el futuro mandó edificar allí una nueva villa conocida cono al-Binyia o Villa Nueva en las crónicas cristianas.
En 1340 Alfonso XI derrotó en las proximidades de Tarifa en la célebre batalla del Salado a Abu-l-Hassan.
[11] El granadino pretendió que recuperara su antiguo esplendor repoblándola y reconstruyendo las murallas, pero apenas diez años después Castilla ya se había repuesto de sus luchas internas.
Esta fundación fue en un principio provisional pues los gibraltareños confiaban en que Gibraltar fuera pronto conquistada por España.
[30] Las edificaciones fueron desde un principio provisionales, lo más usual fue reutilizar las piedras de la medina árabe para construir cualquier nuevo edificio.
[37] La respuesta de las baterías algecireñas fue contundente, el navío inglés Hannibal fue hundido y los británicos se retiraron.
[30] Aprovechando esta coyuntura, el general francés Godinot tomó Algeciras mientras sus ciudadanos se refugiaron en la Isla Verde; después de tomar víveres y objetos de valor, los franceses se retiraron para no volver.
El ejército español que debía asentarse en la zona norte de Marruecos partió desde Algeciras.
Fueron muchos los algecireños muertos en la contienda, algunos de ellos tienen calles con su nombre en la ciudad: alférez Villalta Medina, comandante Gómez Ortega, etc.
También se instaló el alumbrado público (1891) a instancias del alcalde Emilio Santacana y Mensayas.
[43] De esta manera, Algeciras se adhirió casi desde un principio a la causa contra la República.
Inmediatamente después al golpe militar fueron muchos los algecireños que debieron huir de la ciudad, principalmente a Gibraltar, en las primeras semanas para evitar los fusilamientos y detenciones que se llevaban a cabo.
Las autoridades inglesas rechazaron la entrada en Gibraltar a la mayoría de los exiliados, a los cuales les retuvieron en campamentos de refugiados en el Campo Neutral, dejando pasar sólo a aquellas familias que, como los terratenientes huidos antes del golpe, tenían recursos para mantenerse o aquellos que eran reclamados por familias residentes en Gibraltar y que se hacían cargo de su manutención ante las autoridades inglesas.
Son numerosas las infraestructuras viarias y militares que realizaron los presos políticos durante la primera década, de este modo la carretera Vieja de Los Barrios o las llamadas pantallas que protegían los caminos hacia los cuarteles del Arroyo del Lobo, fueron realizados por presos condenados a trabajos forzosos.