Años después, en 1756 los cuarteles del fuerte son acondicionados para funcionar como cárcel para presos de Estado.
En 1779 durante el Gran Asedio de Gibraltar fue ampliada su dotación artillera al tiempo que se construía un astillero en la costa más cercana a la isla y protegida por las baterías de ésta donde se construyeron las baterías flotantes diseñadas por el ingeniero Arçon.
Alrededor de 1845 la muralla se encontraba completa tras las reparaciones acometidas y su cierre allí donde el proyecto inicial no lo contemplaba.
[1] A principios del siglo XX se consideró que la fortificación dejaba de tener uso militar.
Junto a estos búnkeres, fuera de la muralla, se construyó un cuartel para tropa que estuvo ocupado por 40 soldados durante unos años.
Se demolieron las estructuras adosadas a la muralla y las construcciones del siglo XX.
[1] Aunque en la actualidad el fuerte puede visitarse no se encuentra señalizado y es difícil de interpretar sus restos.