En estos buques se inspiraron los cañoneros de la clase Guanuajato -Guanajuato, Querétaro y Potosí- construidos dos en Ferrol y uno en Matagorda, Cádiz para la armada de México durante la Segunda República Española.
Los tres buques quedaron en poder de los militares sublevados contra la República durante la Guerra Civil, siendo usados sobre todo en tareas de vigilancia y guardacostas.
El cañonero Dato, junto con el torpedero T-19 y el guardacostas Uad Kert, impidió que el Alcalá Galiano interceptase el convoy de militares sublevados del 5 de agosto de 1936 en aguas del Estrecho.
En represalia, el acorazado Jaime I bombardeó el 7 de agosto Ceuta, La Línea de la Concepción y Algeciras, en cuyo puerto se encontraba atracado el Dato, que resultó gravemente dañado.
Fue trasladado al Arsenal de la Carraca para su reparación.