22.000-17.000 BP) ocupa, dentro de la secuencia del Paleolítico Superior, un lugar transicional entre el Gravetiense y el Magdaleniense.
En la península ibérica las dataciones van un poco más lejos, llegando a situarse las últimas fases hacia el 16.000/15.000 BP.
El continente europeo recuperó una cierta homogeneidad cultural con la llegada del cambio climático del Tardiglaciar y el desarrollo de las culturas magdalenienses en el Paleolítico Superior Final, si bien estas culturas epigravetienses continuaron su propia evolución paralela hasta el final de la Era Glacial.
La innovación que supuso el retoque plano y estrecho característico de este periodo sigue sorprendiendo hoy en día.
Algunos autores hablan de un Protosolutrense haciendo referencia a las primeras puntas de cara plana , pero mayormente se incluyen esas primeras puntas en el Solutrense Inferior; las tres fases definidas son: En la península ibérica, sin embargo, esta cronología se queda corta.
Solo hay dos yacimientos donde se han encontrado piezas enmarcables en esta primera etapa: El Parpalló y Les Mallaetes, ambas en Valencia.
En la región cantábrica el Solutrense Inferior no se conoce, comenzando las secuencias al menos en el Medio.
Los yacimientos se reparten por el Sur de la península, con importantes concentraciones en Murcia (Cejo del Pantano), Valencia (La Cova del Llop) y las ya comentadas Mallaetes y El Parpalló, que son las que mejor representan este momento cultural.
Ambos están encuadrados en el Solutrense Superior; sin embargo, el arte mueble no es especialmente destacable en esta época, estando representado principalmente por restos óseos y piezas dentarias decoradas, así como numerosos colgantes.
En la península ibérica, por el contrario, el arte mueble solutrense está algo más representado en las plaquetas de la Cueva del Parpalló, en Valencia.
La siguiente gran cultura en surgir de una manera más o menos homogénea en toda Europa fue el Magdaleniense, que marcará los últimos tiempos del Paleolítico.