Arquitectura manierista

A fines del siglo XV se desarrollaron las grandes monarquías, en España, Francia y en Inglaterra; en 1493 Maximiliano I de Habsburgo llegó a ser emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, mientras que Rusia encontró la unidad política bajo Iván III.

[3]​ De esta manera, la carga pierde su peso, mientras que el sostén no sostiene nada; el punto de fuga no se concluye en un punto focal, como en la arquitectura barroca, sino que termina en nada; las estructuras verticales asumen dimensiones excesivas y confieren al conjunto un inquietante equilibrio «oscilante».

Desde inicios del siglo XVI el espíritu manierista se difundió también en España como reacción al tardo gótico nacional.

Además, en una sala del piso superior, el mismo Peruzzi pintó algunas columnatas y paisajes, con el fin de dilatar el espacio arquitectónico.

La fachada es curvilínea y presenta un pórtico arquitrabado con columnas libremente espaciadas, cuya profundidad contrasta con el registro superior del frente; insólitas son las cornisas que decoran las ventanas de los pisos superiores, pegadas a una pared adornada con almohadillado plano.

Inédita es también la conformación de los pórticos del patio: están formados por dos logias sobrepuestas, cerradas al techo por un tercer piso abierto por ventanas rectangulares tan largas como la columnata inferior.

[8]​ Análogo juicio se puede expresar sobre el célebre Palacio del Té en Mantua, edificado por Giulio Romano entre 1525 y 1534.

Estos elementos parten del código clásico, pero el carácter rústico del edificio (el orden y almohadillado no están ya en dos pisos distintos, sino que se unen en un solo elemento en las fachadas laterales) acerca la obra a los cánones de la arquitectura manierista.

Además, Giulio Romano aplicó las serlianas también en la profundidad del pórtico, transformando las aperturas bidimensionales en elementos espaciales.

El patio de la Caballeriza está organizado todavía en dos órdenes, pero las paredes rústicas se caracterizan, en su parte superior, por extravagantes semicolumnas salomónicas.

La relación entre naturaleza (almohadillado) y artificio (columnas), que en algunas obras de Giulio Romano se disuelve hasta fundir los dos elementos en una única estructura parietal, encuentra ulteriores ejemplos en algunos palacios vénetos realizados por Michele Sanmicheli, Andrea Palladio y Jacopo Sansovino.

[11]​ A esta tipología pertenecen edificios como el Palacio Corner (1532), proyectado por Sansovino que funde al mismo tiempo el esquema florentino-romano (evidente por la presencia del patio interno) con el veneciano (presencia de un salón central que corresponde con el atrio de acceso, desde el cual parten varios ambientes internos).

[13]​ Se considera que es Miguel Ángel quien introdujo estas formas, al reinterpretar el clasicismo renacentista en clave personal y dramática.

[14]​ En el análisis de su arquitectura resultan particularmente significativas algunas obras florentinas, como la Sagrestia Nuova (concluida en 1534) y la Biblioteca Laurenciana (proyectada en 1523).

Por ejemplo, sobre los portales de acceso, realizó pilastras rectilíneas sostenidas por grandes ménsulas, con nichos poco profundos dominados por tímpanos excavados en la parte inferior.

En la biblioteca Laurenciana, construida a lo largo del claustro de la misma basílica, debía considerar las condiciones preexistentes.

Para la basílica rechazó el diseño de Antonio da Sangallo el Joven y volvió a la original planta centralizada, anulando con ello el equilibrio perfecto estudiado por Bramante: por medio de una fachada porticada dio una dirección principal a todo el edificio y luego, tras haber demolido partes ya realizadas por sus predecesores, reforzó todavía las pilastras que sostenían la cúpula, alejándolas de las delicadas proporciones bramantescas.

Escribió una influyente obra teórica, Regole delli cinque ordine d'architettura (1562), que contiene mediciones de monumentos romanos.

El exterior tiene planta pentagonal y subraya el perímetro de la fortaleza original; en cambio, en el interior se abre un patio circular, formado por dos logias sobrepuestas.

La ambigüedad el edificio juega principalmente en el binomio fortaleza-residencia; además, mientas las superficies externas se ven planas, porque están privadas de cornisas relevantes, el patio interno sorprende por su forma y su profunda articulación espacial.

[11]​ El manierismo italiano influyó profundamente la arquitectura de los castillos franceses, pero, inicialmente, se limitó al solo aspecto decorativo.

La exuberante cobertura del castillo recuerda todavía los modelos medievales y la tradición francesa, así como la estructura de la escalera externa, que sin embargo, fue decorada según el gusto renacentista.

Aquí, un pórtico con pilastras rústicas, formado por el alternarse de arcadas mayores y menores, sostiene los registros superiores, donde se abren ventanas regulares, colocadas en eje con las arcadas mayores, y más arriba, numerosas ventanas dominadas por tímpanos arcuados.

El complejo, completamente circundado por fosas, es de forma rectangular, con cuatro torreones circulares en los ángulos, un largo corte central y, a lo largo del lado mayor, una torre del homenaje de forma cuadrada, todavía delimitado por cuatro torres con planta circular.

Aquí Pierre Lescot reinterpreta en clave francesa el manierismo italiano, dándole más serenidad y ritmo.

[11]​ El ático se ha enriquecido con decoraciones de Jean Goujon que confieren a la Cour Carrée un aspecto decididamente manierista.

También el exterior, con pilastras colocadas en el almohadillado rústico, recuerda el estilo italiano, en particular la Casa de Rafael proyectada por Bramante.

La planta es prácticamente un rectángulo con torres angulares y tribunas; el techo, así como en las precedentes residencias, está delimitado por un parapeto.

[22]​ Por ejemplo, entre 1615 y 1620, Elias Holl realizó el Rathaus de Augsburgo, con un arimez central cerrado por un tímpano moldurado; a los lados del piso de la parte superior se alzan dos torres con planta cuadrada, sobre las cuales se pusieron dos volúmenes poligonales con cúpulas acebolladas.

Son arquitectos italianos, o formados en Italia, quienes realizan obras de este estilo, especialmente en Baviera.

Fachada de la Iglesia del Gesù , Roma .
Una serliana en Villa Julia ; este elemento arquitectónico atribuido a S. Serlio es típicamente manierista.