Los planos del edificio se atribuyen tradicionalmente al arquitecto italiano Sebastiano Serlio, que el rey Francisco I había hecho llegar a Francia.
El castillo fue entonces a capaz de alojar a los invitados más prestigiosos: Enrique III (esperado, pero que no se quedará en el castillo), Enrique IV en 1591, Luis XIII, en 1631, y Luis XIV, en 1674.
Al año siguiente, Louvois adquirió el condado de Tonnerre, constituyéndose así un vasto dominio.
Hizo construir los comunes y confió a Le Nôtre la disposición del parque.
Hoy es propiedad de una sociedad privada que llevó a cabo su restauración.
Cuatro logis que forman un cuadrado están cada uno flanqueado por un pabellón saliente en las esquinas.
Serlio quería crear un ritmo alternado entre huecos abiertos y tramos ciegos.
Una vez más, quería jugar con un ritmo alternado entre los huecos abiertas y los nichos enmarcados por pilastras.